COLUMNA INVITADA

Si la mitad de lo que dicen es cierto

A diferencia de Morena, donde las  decisiones son verticales y existe un liderazgo claro, en el Frente hay muchos generales y poca tropa, lo que hará más complicada la toma de decisiones en los siguientes meses

OPINIÓN

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Héctor Serrano / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Sin ninguna sorpresa, Xóchitl Gálvez se convierte en la virtual candidata presidencial del Frente opositor, no podía ser de otra manera, la senadora es, sin duda, la mejor opción que tienen para competirle a Morena en 2024. Las voces del oficialismo han querido desvirtuar su triunfo, al argumentar que su candidatura es producto del dedazo de las dirigencias partidistas, pero aún cuando ello fuera cierto, la oposición no contaba con ninguna otra opción que  pudiera dar esperanzas de triunfo.

El Frente decidió bien, y lo hizo sorteando las quejas internas que el proceso generó, pues como era de esperarse, las voces discordantes terminaron por alinearse, incluido el PRD, que en voz de uno de sus precandidatos hasta amagó con romper la alianza. Nada pasó, y para fortuna de los electores, en la boleta de 2024 habrá dos opciones competitivas entre las cuales se podrá elegir. Las aves de mal agüero, se quedarán con las ganas de ver al Frente opositor dividido antes de iniciar la carrera presidencial. 

Pero un proceso tan terso no es coincidencia, a las dirigencias partidistas del Frente les conviene Xóchitl Gálvez, su figura garantiza la cohesión del mayor porcentaje del voto opositor y al mismo tiempo les da la posibilidad de sumar adeptos, algo que hasta hace poco parecía imposible. Saben que la contienda presidencial no será sencilla, Morena tiene ventaja, pero la candidatura de la senadora les garantiza los votos necesarios para ganar candidaturas y conservar recursos económicos.

Los verdaderos desencuentros se darán cuando llegue el momento de repartirse lo demás; las gubernaturas, los municipios, las diputaciones y las regidurías, será hasta entonces, cuando cada partido lleve a la mesa de negociación sus propios intereses. Ahí no habrá reparos en tratar de imponer a los cercanos, a los de casa, a los leales, y se hará a sabiendas de que algunos de ellos son impresentables, pero ningún argumento será válido cuando llegue el momento de pagar compromisos y garantizar lealtades.

Solo en este punto los partidos del Frente podrán demostrar su verdadero compromiso con la candidata y con sus electores, hasta el momento no deberían de vanagloriarse por sus decisiones, han sido sencillas; apoyar a la mejor posicionada. Cuando llegue el momento de decidir a quién beneficiarán con las demás candidaturas veremos de qué están hechos; ¿en verdad quieren que Xóchitl Gálvez gane la presidencia o solo es un instrumento para garantizar su permanencia? 

Si bien es cierto que es una candidata competitiva, no ganará la presidencia de la República por sí sola, enfrente tiene a todo el aparato de gobierno trabajando por un solo objetivo; conservar el poder. Xóchitl va a necesitar hacer campaña con otros candidatos que también le sumen, ya carga con los negativos de los partidos que integran el Frente y si a esto se le suma que se verá obligada a compartir la mesa con impresentables, será muy difícil que logre su objetivo. 

Además, muchos integrantes de la sociedad civil están esperando la invitación para participar en forma activa a través de una candidatura, no hay espacio para todos, pero la integración de algunos de ellos podría dar buenos resultados. Estando tan reducidos los espacios y con tanta gente con deseos de ser candidatos, las dirigencias partidistas del Frente tendrán que ser muy reflexivos y cuidadosos la hora de designarlos. Necesitan un ejercicio de sumas que potencialice a su candidata.

A diferencia de Morena, donde las  decisiones son verticales y existe un liderazgo claro, en el Frente hay muchos generales y poca tropa, lo que hará más complicada la toma de decisiones en los siguientes meses. Aún así el Frente puede dar la sorpresa, sus dirigentes solo necesitan demostrar voluntad política, generosidad, respeto, altura de miras, congruencia, una estrategia electoral impecable y mucho amor por México. La tarea no parece sencilla, pero si tan sólo es verdad la mitad de lo que dicen, su triunfo está garantizado.

POR HÉCTOR SERRANO AZAMAR

COLABORADOR

@HSERRANOAZAMAR

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