COLUMNA INVITADA

Orwell y el engaño del kigurumi

Cuando atrás de gelatinas y un huipil existen contratos multimillonarios al amparo del poder, algo no anda bien

OPINIÓN

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Diego Latorre / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

La política mexicana siempre ha sido surreal, pero estos últimos meses ha alcanzado su clímax. Se dice que, en política, no hay casualidades… y en realidad, no las hay, lo que sí es que en este sistema se confirman varias hipótesis: La de Og Mandino, en el Vendedor más grande del mundo, sí es posible llegar a la cumbre especulando con gelatinas; y en esta historia de éxito y parafernalia partidista, el botarguismo electoral hace patente aquella sentencia de George Orwell sobre “cómo los hechos incómodos pueden ser enviados al olvido sin necesidad de recurrir a la fuerza”, siempre y cuando, el poder partidista y corporativo, estrechamente vinculados, pueda contar con una comunidad intelectual obediente. 

¿Cómo oponernos? 

Teniendo un público informado y organizado, por eso la relevancia continua de Orwell sobre el poder, la información y la resistencia en las sociedades modernas. 

"1984" de George Orwell, perdura como una obra maestra pues destaca temas atemporales que resuenan en las sociedades actuales. Dos mensajes claves emergen: La manipulación de la información, y cómo los medios de comunicación, controlados por conglomerados corporativos, pueden influir en la percepción pública al filtrar y enmarcar las noticias de manera selectiva. Hoy, la desinformación en las redes sociales es un ejemplo de cómo los hechos incómodos pueden ser minimizados o distorsionados, y soportados por otra advertencia orwelliana: “la importancia de una comunidad intelectual obediente en la perpetuación de la manipulación de la información”; y es cierto, los intelectuales actuales “cooptados” promueven a la figura “conveniente” con propaganda mentirosa y excesiva.

En el mundo actual, los intereses corporativos influyen en varios aspectos, y ante estos desafíos, no podemos dejar de cuestionar la “verdad”, por eso, el acceso a la información y la capacidad de conectarse globalmente, son herramientas fundamentales para tener un público informado que pueda luchar por la transparencia y la veracidad. 

La preocupación de Orwell por el engaño y la manipulación informativa también se reflejó en su ensayo "La política y el idioma inglés", donde discute cómo el uso descuidado del lenguaje puede conducir a un pensamiento vago y a la manipulación. ¿Le suena? Orwell creía que un lenguaje claro y preciso es esencial para contrarrestar este fenómeno.

En fin, con nuestra botarga coloquial, vuelvo al concepto de las "máscaras" que Nietzsche argumentó respecto de aquellos individuos que se presentan a sí mismos de cierta manera para ocultar sus verdaderos deseos y motivaciones. Por eso, cuando atrás de gelatinas y un huipil existen contratos multimillonarios al amparo del poder, algo no anda bien.

Adiós, Beatrice que, en esta divina comedia y farsa, no fuiste guía espiritual, sino cordero de sacrificio.  

POR DIEGO LATORRE LÓPEZ
@DIEGOLGPN

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