POLÍTICA Y DIPLOMACIA SOSTENIBLE

La competencia India

El gobierno, el sector privado y las universidades aplican el modelo de triple hélice, tan exitoso en muchos países

OPINIÓN

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Miguel Ruiz Cabañas / Política y Diplomacia Sostenible / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La India es mucho más que una nación: es la cuna de poderosas civilizaciones ancestrales, que florecieron en las riberas de los ríos Indo y Sarasvati, y que influyeron en muchas otras culturas, como la árabe, la china, la grecorromana, la persa y la mongola. El país es un mosaico de pueblos, etnias, lenguas, dialectos, y culturas diversas. También es suelo fértil de grandes religiones, como el hinduismo, el budismo, el jainismo y el sikhismo. En la India nacieron la meditación y el yoga. Como dijera Octavio Paz: "El espíritu religioso de la India -su indiferencia a la historia y su pasión por la eternidad- se ha comunicado a todas las manifestaciones de su arte, de su pensamiento y de su conducta."

La democracia más grande del mundo se convirtió, apenas hace dos meses, en el país más poblado de la Tierra. Con 1428 millones de habitantes, desplazó a China (1425 millones) de esa posición. Además de ser uno de los países más extensos del mundo, con 3.7 millones de kilómetros cuadrados, la India tiene otros atributos que la ubican como la segunda gran potencia asiática, en competencia con la primera, China. 

India es hoy la quinta economía más grande del mundo (después de Estados Unidos, China, Japón y Alemania) y ha estado creciendo a una tasa promedio superior al 6 por ciento desde 1990, con excepción de las recesiones de 2009 y de 2020. El país es uno de los mercados emergentes más grandes del mundo, atrae inversión extranjera, y es el principal receptor de remesas. 

Para desarrollarse, India decidió concentrarse en el presente y avizorar el futuro. No está anclada a ideologías o resentimientos históricos. Le apuesta a la educación, a la investigación, y al desarrollo científico y tecnológico. Es un país en que el gobierno promueve el emprendimiento. Durante décadas, ha enviado a cientos de miles de jóvenes a estudiar en el exterior, para que regresen a realizar más investigaciones y nuevas industrias. El gobierno, el sector privado y las universidades aplican el modelo de triple hélice, tan exitoso en muchos países. 

Hoy, la India está a la vanguardia. Es una gran potencia en tecnologías de la información y servicios empresariales, en farmacéutica, en biotecnología, biomedicina e ingeniería genética; en la industria aeroespacial y satelital; en energía nuclear, energías renovables (solar y eólica), en nanotecnología, ciencias de materiales y genómica. Bangalore, Hyderabad y Pune son centros tecnológicos de clase mundial. India es una de las cuatro potencias espaciales que existen, con misiones exitosas a Marte y, recientemente, a la Luna. 

No es casualidad que los CEOs de muchas de las empresas informáticas más grandes del mundo, y otras empresas globales, hayan nacido o sean descendientes de indios, como Sundar Pichai (Alphabet/Google); Satya Nadella (Microsoft); Arvind Krishna (IBM); Shantana Narayen (Adobe Systems); Indra Nooyi (Pepsico), y Ajay Banga, CEO de Mastercard, y nuevo presidente del Banco Mundial. 

Desde luego, India enfrenta enormes rezagos en pobreza, desigualdad, salud, infraestructura, contaminación, protección del medio ambiente y corrupción. Pero el país avanza a paso firme para convertirse en una de las grandes potencias del siglo XXI. Para lograrlo, tiene que competir con China. Hasta ahora, no ha surgido un conflicto mayor, pero los dos gigantes mantienen disputas fronterizas que en el pasado han sido causa de enfrentamientos armados (en Laddakh y Galwan Valley).   

India se considera a sí misma como la más legítima representante del “Sur Global”. Posee armas nucleares y exige un asiento como miembro permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU.  Para fortalecer su posición, y a pesar de formar parte de los BRICS, ha establecido una alianza estratégica con Estados Unidos, con quien ha realizado ejercicios militares conjuntos en la región del Indo-Pacífico, y programas de cooperación contra el terrorismo. Pero lo más significativo es su participación en la “Iniciativa Quad”, junto con Estados Unidos, Australia y Japón, diseñada para hacer un contrapeso militar y estratégico a China en la región Asia-Pacífico. 

Como parte de su estrategia de reposicionamiento a nivel mundial, dentro de una semana (9 y 10 de septiembre), India recibirá a los Jefes de Estado o de Gobierno del Grupo de los 20, conformado por las economías más grandes del mundo, incluyendo a México. Se espera que esta Cumbre logre algunos avances para combatir el cambio climático y aumentar el financiamiento al desarrollo. Pero la reunión se celebra en un contexto mundial muy complicado por la invasión rusa de Ucrania, y las tensiones entre China y Estados Unidos. 

Más allá de la agenda formal, lo más productivo de estas cumbres es propiciar el diálogo directo entre los líderes nacionales en reuniones privadas. Pero China no desea que la Cumbre de Nueva Delhi se convierta en un éxito diplomático de la India. En consecuencia, su máximo líder, Xi Jinping, ha decidido no asistir al cónclave. Tampoco asistirá el líder ruso, Vladimir Putin, seguramente para evitar encuentros desagradables con Biden y otros líderes occidentales. De cualquier manera, India aprovechará su Cumbre para proyectar una diplomacia más asertiva, con influencia global.

POR MIGUEL RUIZ CABAÑAS ES PROFESOR DEL TEC DE MONTERREY

@MIGUELRCABANAS

MIGUEL.RUIZCABANAS@TEC.MX

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