COLUMNA INVITADA

Una afición muy grande con unos jugadores muy chicos

Los cementeros llevan cuatro torneos sin poder entrar a la Liguilla de manera directa, y este año son penúltimos de la tabla general, y parece que no van a entrar ni a repechaje

OPINIÓN

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Mariano Torres / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Desde aquel campeonato de 2021, Cruz Azul no ha vuelto a ser el mismo. Los malos torneos en la institución ya son recurrentes, pero nadie hace nada. No se puede culpar a los entrenadores, porque los jugadores que tienen a su disposición no les interesa jugar, y son notablemente limitados. Incluso, no se sabe ni quién toma las decisiones dentro de la institución.

Los cementeros llevan cuatro torneos sin poder entrar a la Liguilla de manera directa, y este año son penúltimos de la tabla general, y parece que no van a entrar ni a repechaje. Es totalmente inaudito para un club de tanta tradición, como lo es Cruz Azul. Lo peor es que no se ve ni por dónde puedan revertir la situación.

La directiva tiene una labor pésima, no hay control en lo absoluto, y aun así hay que agregar que traen futbolistas de bajísima calidad, que ni ellos mismos saben cómo están en la escuadra celeste. Sin embargo, en vez de dejarlo todo en el terreno de juego con sus limitadas condiciones, no les importa un comino y se burlan de la gente, esa gente que merece todo el respeto del mundo por aguantar, y serle fiel a un equipo que les brinda muchas más decepciones que alegrías.

La temporada ha sido garrafal, pero lo que sucedió el pasado domingo en la cancha del Estadio Azteca, ante Querétaro, no tiene nombre. La hinchada azul realizó una muy buena entrada para apoyar a los suyos, sin que ellos merecieran algo, con la ilusión de que, al menos, les regalaran una victoria.

Pese a ello, al plantel no le interesó nada, y fue exhibido 3-1 por los Gallos en casa sin ganas, sin coraje y sin pasión por los colores. Todavía los futbolistas salen a zona mixta a pedir perdón, cuando sólo se estaban mofando de la gente y un pseudo-futbolista, llamado Carlos Salcedo, declaró: “Conociendo a mis compañeros, va a ser una la noche para todos”. Aun sabiendo que iba a tener una fiesta en la noche. Es increíble la situación, se rio, literalmente, de la institución y de su gente. No conforme con un muy mal rendimiento, se “disculpa” y luego hace una celebración, eso no es tener vergüenza. Él y los compañeros que asistieron como: Diber Cambindo, Carlos Rodríguez y Uriel Antuna. Simplemente ¡Ya no hay respeto!

Los jugadores pueden hacer lo que quieran en su tiempo libre, pero hay tiempos y formas, además que no se ayudan al dejarse grabar, y subir fotos en redes sociales.

Pero el problema no es sólo ese, no nos equivoquemos. El equipo no tiene ni pies ni cabeza. No hay planeación, no hay estructura, los roles no están bien definidos. Lo mejor que le puede pasar a Cruz Azul es que se termine el torneo, para haber si para el siguiente quieren sentar cabeza. Joaquín Moreno se tiene que quedar, ya nos pudimos dar cuenta que los últimos entrenadores tienen poco que ver con la situación del club.

Es necesario que hagan, nuevamente, una limpia en el plantel. Son contados, con una mano, los que se tienen que quedar, como: Ignacio Rivero, Erik Lira y Juan Escobar.

La Máquina es una institución grande, y su hinchada aún más. La organización se tiene que comportar como lo que es, y comandar en los primeros puestos del futbol mexicano.

POR MARIANO TORRES

COLABORADOR

@MARIANOTORRESH

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