SILBATAZO INICIAL

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En Torreón y alrededores impera un completo olvido directivo, y pese a que el formato les permite relajarse, llevan torneos en una crisis institucional severa, y están festejando sus 40 años de existencia en completo naufragio, y no se ve quién pueda rescatarlos.

OPINIÓN

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José Eduardo Iga / Silbatazo inicial / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Oficial. Santos Laguna ha pasado a formar parte de los clubes dañados por uno de los cánceres más peligrosos que ha aquejado al futbol azteca, desde tiempos ya lejanos: la multipropiedad. 

Esa que ostenta muchas más desventajas que puntos positivos, porque, aunque supuestamente la competencia entre los 18 clubes es leal, quienes son parte de un mismo dueño inevitablemente despreciarán a alguno para priorizar al que les deje más dinero, olvidándose no sólo del otro equipo o tenerlo en segundo plano, sino a una afición que lo va a sufrir, tal es el caso de una escuadra histórica, que, aunque con poco tiempo de existencia, sin duda, ostenta ese mote, la de la Laguna.

Orlegi Sports llegó para dar continuidad a un trabajo fenomenal con títulos incluidos. La herencia del Grupo Modelo, que contrató una base extraordinaria de jugadores, encabezadas por Oswaldo Sánchez, Iván Guti Estrada, Daniel Ludueña, Vicente Matías Vuoso, Christian Benítez, Juan Pablo El Chato Rodríguez, y así me puedo ir con una larga lista de grandísimos elementos. 

Era una escuadra que combinaba el talento de fuerzas básicas con estrellas del balompié, era una mezcla exitosa, y posteriormente vendían a quienes les resultara mejor, pero siempre el reemplazo era excelente. No desguarnecían a la escuadra y siempre estaba compitiendo arriba y era un asiduo en finales. Incluso, el consorcio que encabeza Alejandro Irarragorri, también estaba haciendo una estructura sólida y mostraban formas vanguardistas de trabajar, teniendo pilares institucionales muy sólidos que debían cumplirse, como tener 33 por ciento de jugadores titulares formados en la cantera en cancha. La fórmula fue interesante, porque siguieron ganando títulos, pero llegó el Atlas de Guadalajara a sus manos, y todo se derrumbó en esa árida región del país.

El Santos se convirtió en el semillero de los que a la postre fueron bicampeones del futbol mexicano, y el Atlas el encargado de surtirles de puro cascajo futbolístico. Llegó Julio Furch y recibieron a Geraldino que solo anotó un gol con la playera albiverde. Javier Correa, irregular, dando un partido bueno por ocho malos. El Mudo Aguirre que se pudo convertir en ídolo, de Santos al Atlas, y así podríamos dar nombres. Dejaron ir a Guillermo Almada que los llenó de estabilidad, pero, sobre todo, de autoridad en el timón; meses después era campeón con Pachuca.

Los refuerzos, desde que se les dio más importancia a los tapatíos, llegan a medio torneo en Santos y eso se convirtió en una tendencia. La defensa tiene un año y medio siendo un chiste, y siguen estando dentro del plantel. Fue la peor del torneo pasado. 

En Torreón y alrededores impera un completo olvido directivo, y pese a que el formato les permite relajarse, llevan torneos en una crisis institucional severa, y están festejando sus 40 años de existencia en completo naufragio, y no se ve quién pueda rescatarlos. 

Tristeza absoluta.

POR JOSÉ EDUARDO IGA
TITULAR DE HERALDO DEPORTES LAGUNA EN EL HERALDO RADIO TORREÓN
@JOSE_IGA

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