POLIEDRO

Acuerdo Ciudadano por la Paz

Durante varios meses, más de 18,000 participantes en conservatorios, foros y encuentros,   sumaron  sus voces y experiencias para proponer una agenda que contribuya  a la solución de la inseguridad y la violencia

OPINIÓN

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Marco Adame / Poliedro / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Luego de un amplio proceso de reflexión y diálogo nacional, convocado por la Conferencia del Episcopado Mexicano, se concretó el Acuerdo Ciudadano por la paz en Mexico y tomó forma la propuesta de una Agenda Nacional de Paz, en respuesta a la crisis de violencia y la destrucción del tejido social que lastima al país. 

Durante varios meses, más de 18,000 participantes en conservatorios, foros y encuentros,  sumaron  sus voces y experiencias para proponer una agenda que contribuya a la solución de la inseguridad y la violencia.

El acuerdo establece, con sentido de urgencia, que todos estamos llamados a ser protagonistas en la construcción de la justicia y la paz y que cualquier principio de solución, debe partir de un trabajo conjunto entre sociedad y las autoridades de los tres órdenes de gobierno. 

Al afirmar que no estamos condenados a la violencia y que si es posible construir la paz, los ciudadanos participantes sostuvieron que este es el momento de actuar con determinación ante “la indolencia y la ineficacia de las autoridades para procurar la unidad, la seguridad, la justicia y la paz en el país”. 

El encuentro celebrado en la ciudad de Puebla dejó claro que la construcción de la paz es un camino y un proceso, también, que los resultados dependerán del compromiso y la participación de la sociedad organizada y del trabajo coordinado de los tres órdenes de gobierno. 

Al analizar la situación de inseguridad y violencia que afecta a la población, fue evidente que la falta de resultados exige un cambio de estrategia de parte de las autoridades. Las cifras delictivas sin precedente, en particular de homicidios dolosos y de desaparición forzada, establecen que el presente sexenio es el más violento y sangrientamente de la historia del país, lo que lejos de ser una crítica, es un alarmante llamado resolver el problema estructural de la violencia y a corregir el rumbo.

Para responder a la intolerable crisis de violencia, el acuerdo de paz propone analizar la situación desde el dolor de las víctimas, asumiendo que el dolor de cada una de ellas debe ser el dolor de todos. La solidaridad ante el dolor reconoce la dignidad humana de las víctimas y es un medio para superar la visión pragmática que reduce la problemática a cifras sin rostro y estadísticas amañadas para evadir la responsabilidad de las autoridades. 

El acuerdo ciudadano considera necesario lograr una alianza ciudadana amplia e incluyente; construir la Red Nacional de Paz; y presentar la Agenda de Paz a todos los candidatos a los distintos cargos de elección popular para las elecciones del 2024.

El llamado de los obispos y de los participantes en este proceso, es a privilegiar el diálogo y a exigir a los gobiernos que cumplan su misión con eficacia y transparencia. Durante los próximos meses se establecerán los encuentros con autoridades y aspirantes a fin de “dar a conocer las propuestas, crear conciencia sobre lo que se considera el principal reto del país en el corto plazo y establecer los compromisos a favor de las mejores prácticas e influir en las políticas públicas y en los procesos legislativos”.

POR MARCO ADAME 

ANALISTA Y CONSULTOR POLÍTICO

PAL