Claudia, una joven de 16 años, con ilusión, dificultad y miedo llegó a la Ciudad de México a cumplir su sueño. Ella quería trabajar y estudiar para rescatar a su madre y hermanas no solo de la pobreza, sino de la violencia que brutal y constantemente ejercía su padre. Y fue precisamente en esta Ciudad donde conoció a Arturo, el hombre que con atenciones, cuidados y calidez se convirtió de inmediato en el amor de su vida.
Arturo y Claudia se casaron, aquel chico alegre y carismático le propuso irse a vivir a Tlaxcala, cerca de su familia. Se mudaron a Tenancingo, conocido como la cuna de los padrotes, donde los niños se preparan para ser proxenetas. Durante cuatro meses todo fue maravilloso, pero un día todo cambió, Arturo a golpes la obligó a prostituirse y la amenazó con matar a su familia.
El primer día, Claudia fue obligada a estar con más de 20 hombres, todos los días debía cumplir con una cuota, si no lo hacía era golpeada, estuvo varias ocasiones al borde de la muerte. Pensó en huir, pero quienes lo hacían deseaban no vivir más. La mutilación, los golpes, y un estanque con reptiles era su destino.
En nuestro país, las cifras oficiales a cargo del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) nos muestran que desde 2015 y hasta junio de 2023, a nivel nacional se contabilizan, al menos, 6,615 víctimas de trata, de las cuales, 2,240 son niñas, niños y adolescentes de entre 0 y 17 años (1,657 mujeres y 583 hombres).
Sin olvidar la cifra negra que representa el mayor porcentaje de los delitos no denunciados, la UNODC ha señalado que aproximadamente por cada víctima de la trata de personas en el mundo, existen 20 más sin identificar.
Nuestro país destaca por ser un paraíso para el turismo sexual y pornografía infantil. En al menos 25 escuelas públicas y privadas acontecieron casos de violencia sexual organizada contra niñas y niños de entre 3 y 7 años en el interior de los planteles, y cuyos actos, los criminales utilizan para producir material de explotación sexual infantil.
A esto se suma, los reportes de Internet Watch Foundation que señalan el aumento de imágenes de explotación sexual infantil en internet y la creación de 20 mil páginas web de explotación sexual infantil en 2022. En este material de explotación sexual infantil se ha identificado que las víctimas son en un 96% niñas, 2% niños y 2% niños y niñas conjuntamente.
Por ello, recientemente la Cámara de Diputados aprobó una iniciativa de la Senadora Josefina Vazquez Mota, que propone que los delitos sexuales contra menores de edad no prescriban, lo que evitaría la impunidad de quienes comenten estos hechos aberrantes.
El caso de Claudia como el de las y los pequeños que sus madres o padres los dejan en un lugar “seguro” para su cuidado, nos muestra que han sido engañados, abusados y explotados sexualmente por aquellas personas que creían o debían protegerlos, es urgente rescatar los valores básicos del respeto y la dignidad humana.
La agenda de las y los niños en México ha sido olvidada por este gobierno y no hará nada por atenderla, ante esta negligencia, debemos construir una sociedad al alcance de los niños, una sociedad, como dice Gabriel García Márquez, que al querer más a los niños sea capaz de quererse más a sí misma. Ellos lo merecen y México lo necesita.