REFLEXIONES CONSTITUCIONALES

Una dinastía del Poder

Muchas son las familias que trasmiten a sus hijos y nietos un legado

OPINIÓN

·
Alfredo Ríos Camarena / Reflexiones constitucionales / Opinión: El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Muchas son las familias que trasmiten a sus hijos y nietos un legado que tiene que ver con sus actividades públicas o privadas.

En el México moderno, probablemente la dinastía más poderosa ha sido la originada en la familia García, iniciándose ésta con el general Marcelino García Barragán.

Transcurría el año de 1964, Gustavo Díaz Ordaz era presidente electo y analizaba cuidadosamente el perfil de aquellos personajes a los que habría de invitar a su gabinete; estudió la ficha del general García Barragán y encontró la rebeldía que tuvo al apoyar al general Miguel Henríquez Guzmán y el probable levantamiento militar que se fraguaba en 1953 en contra de Don Adolfo Ruiz Cortines; se reunieron los generales más destacados del Henríquismo, en un rancho –propiedad de García Barragán— y le solicitaron que encabezara este golpe de Estado.

Don Marcelino, a pesar de su posición opositora e intransigente, afirmó que era un “soldado de la nación” y que jamás levantaría su arma en contra de los Gobiernos Constitucionales. Esta fue la razón por la que el presidente Díaz Ordaz lo nombró Secretario de la Defensa Nacional y acertó plenamente, pues a pesar de sus problemas internos con el general Luís Gutiérrez Oropeza, jefe del Estado Mayor Presidencial, García Barragán permaneció leal a las instituciones nacionales. Este es el nacimiento de la estirpe de los García.

Su hijo, Javier García Paniagua, estuvo a punto de ser Presidente por la enorme confianza que le tenía José López Portillo, quien admiraba su dureza y energía, que había manifestado con creces en la Dirección Federal de Seguridad de la Secretaria de Gobernación y en sus intervenciones –un tanto oscuras— en la “guerra sucia” que se dio en ese tiempo contra grupos guerrilleros, que se levantaron en varios estados, particularmente en Guerrero.

Su nieto, Omar García Harfuch, ha demostrado capacidad y lealtad absoluta a Claudia Sheinbaum que, con su “bastón de mando” en la mano, ha propiciado la candidatura de este experimentado conocedor de la Seguridad Pública, a pesar de sus añejas relaciones con Genaro García Luna.

La candidatura de García Harfuch seguramente será bien vista por la ciudadanía de la Capital, pero también será cuestionada seriamente por los integrantes de su partido Morena –al que se acaba de afiliar este mes—; su competidora más cercana es Clara Brugada, quien ha desempeñado un buen papel en las varias veces que ha sido alcaldesa en Iztapalapa.

Para el presidente López Obrador ha pesado más el pragmatismo de las encuestas, que su aversión a ciertas actividades de la familia García.

En el otro lado, a pesar de que se ganó la mayoría de las alcaldías en la elección intermedia de la Ciudad de México, no existe claridad en quien pueda ser el candidato del Frente; en principio era Xóchitl Gálvez, ahora quedan la senadora Kenia López Rabadán y Santiago Taboada, alcalde de la Benito Juárez y, también, es mencionado Enrique de la Madrid. Parecía fácil la Ciudad de México para la oposición, hoy la competencia estará más cerrada y veremos en el desarrollo de las campañas como se conduce la ciudadanía altamente politizada de esta gran capital.

Omar García Harfuch no es un político profesional, sin embargo, se ha manejado con un lenguaje respetuoso y una lealtad probada para la candidata Sheinbaum; el atentado que sufrió –que pudo haberle costado la vida— lo posicionó en el imaginario popular.

PAN, PRI y PRD tendrán que buscar con cuidado su candidato y su campaña si quieren ganar el gobierno de la CDMX.

POR ALFREDO RÍOS CAMARENA

CATEDRÁTICO DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNAM

PRESIDENTE DEL FRENTE UNIVERSITARIO LATINOAMERICANO (1958-1962)

VICEPRESIDENTE DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE GEOGRAFÍA Y ESTADÍSTICA

MAAZ