LA ENCERRONA

La encrucijada de Ebrard

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

“A nosotros no nos van a doblar nunca” Marcelo Ebrard

Los comicios electorales para elegir presidente o presidenta en México en 2024 son sui géneris desde su inicio. Primero porque el actual presidente nunca dejó de estar en campaña; segundo por que las precampañas nunca estuvieron dentro del marco legal electoral; tercero porque quienes lideran las encuestas son mujeres con altas posibilidades de llegar a Palacio Nacional y, como cuarto elemento; tenemos a Marcelo Ebrard, quien resultó el primer perdedor de las precampañas y a esta situación se le suma que también perdió en una encuesta opaca en 2012 para ser presidenciable, en las cuales contendió López Obrador por segunda ocasión.

Sin embargo, estas elecciones no son las mismas del 2012 ni Marcelo Ebrard es el mismo de ese entonces. Hoy el ex canciller se encuentra próximo a cumplir 64 años de edad y para los comicios del 2030 será un septuagenario, es decir, la posibilidad de ser candidato presidencial es ahora o nunca. No solo por la edad, sino porque en las siguientes elecciones el clima político cambiará y quizá él no se encontrará en la palestra adecuada para su tercer intento de llegar a la boleta. Lo sabe y está actuando en consecuencia.

Aún en las giras nacionales que hicieron las denominadas “corcholatas”, Marcelo Ebrard tuvo una serie de señalamientos hacia la falta de transparencia del proceso, indicó también la falta de un “piso parejo”, así como, ya acercándose a la definición, denunció que las encuestas no iban a ser del todo legítimas; el mismo día de la selección acusó provocaciones y agresiones a su equipo de trabajo y a su persona. El caldo de cultivo estaba formado para una inminente ruptura. Así fue, desconoció el proceso y anunció que en días posteriores diría sus pasos a seguir.

Mientras tanto, las especulaciones aparecieron tanto en medios como en redes sociales y había un lugar común: Ebrard rompe con Morena y va a encabezar el rumbo presidencial de Movimiento Ciudadano. Una ecuación que para Dante Delgado le significaría una salida muy digna del conflicto con el llamado “Grupo Jalisco” y Enrique Alfaro, pues con el activo de tener al ex jefe de gobierno en la boleta, los votos y posiciones que MC representa en Jalisco podrían parecer marginales. En contraparte, para Alfaro resultaría que ante sus ojos se desvanecerá la presión que ejerce a Delgado. Marcelo Ebrard moviendo todo el tablero político…al menos en MC.

Esta novela aún no termina, el capítulo más reciente es que Marcelo Ebrard todavía no decide si su vida partidista continúe y, por el momento anunció con bombo y platillos la creación de su asociación civil “El Camino de México”. Movimiento que le es fiel al de su líder, López Obrador, que después de constituir de varias AC, logró consolidar el Movimiento de Regeneración Nacional como un partido político -su partido político-, el vehículo personal para llegar a Palacio Nacional. Sin embargo sabemos que Marcelo Ebrard no es López Obrador, pero tampoco es Camacho Solís, quien tras su ruptura con el entonces presidente de México, se autoexilió en partidos pequeños, la academia y los perfiles bajos. En realidad, la encrucijada de Ebrard Casaubón está en dar la última batalla encabezando los colores naranjas y perder las presidenciales -intentándolo- o esperar al 2030 y que los vientos lo lleven al anhelado puerto.

POR ADRIANA SARUR

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