COLUMNA INVITADA

Hay Marcelo, hay Marcelo

Marcelo Ebrard, ex jefe de Gobierno de la Ciudad de México y ex secretario de Relaciones Exteriores

OPINIÓN

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Eduardo Macías Garrido / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Marcelo Ebrard, ex jefe de Gobierno de la Ciudad de México y ex secretario de Relaciones Exteriores, hoy se dice sorprendido de las encuestas y de lo que pasó en el proceso de Morena para elegir a su candidato a la presidencia de la República.

Hay Marcelo, hay Marcelo, parece que eras el único que no sabía lo que iba a pasar. Desde hace cuatro años era previsible adivinar que no eras el favorito, el bueno o el tapado como se decía en los tiempos del PRI.

Hoy denuncia Marcelo irregularidades en el proceso, gastos excesivos de algunos aspirantes y hasta violencia hacia sus representantes, culminando con negarse a aceptar el resultado de las encuestas encargadas por Morena, que dejaron a Claudia Sheinbaum como la candidata electa para continuar con la llamada cuarta transformación.

Si la estrategia era imitar lo que en su momento hizo su mentor político, Manuel Camacho Solís, hoy sigue el guion y desconoce a Claudia Sheinbaum, anuncia una campaña paralela y la creación de una nueva plataforma política denominada “Movimiento Progresista”.

Lo que es un hecho es que Marcelo se juega sus últimas cartas, donde aparentemente se va a iniciar una guerra no contra la
doctora Sheinbaum, sino contra el presidente de la República, tal como lo hizo Camacho Solís no contra Colosio, sino en el fondo contra su “hermano”, el expresidente Carlos Salinas de Gortari. Marcelo sin duda se siente traicionado por quien lo llamó su “hermano”, al no haberle dado una candidatura que el sentía tenía derecho como pago por su amistad y lealtad, al dejarlo pasar hasta en tres ocasiones.

Se le olvidó a Marcelo que Carlos Salinas de Gortari es igual de perverso que su “hermano”, el presidente López Obrador. Que opera a la sombra y maneja muy bien la cargada de gobernadores, senadores y diputados al estilo casi inigualable del viejo PRI. 

El “dedazo”, el “destape” y la “cargada”, son términos que se acuñaron y crearon con el PRI, del cual Marcelo formó parte y sabe
perfectamente como se manejaba una sucesión presidencial en el Revolucionario Institucional en el cual militó. Esa obligación de los miembros del partido de disciplinarse y dar su apoyo incondicional al candidato elegido desde la silla presidencial.

Una vez que el candidato era ungido, todos los miembros del partido se volcaban a favor de aquél que traía la bendición del primer priista de la nación. El presidente López Obrador aseguró al comienzo de su mandato que eso ya no sería así. No creo que Marcelo le haya creído.

Así que nadie se sienta sorprendido, el viejo PRI sigue vivo en Morena, lo cual no tiene nada de raro o extraño, ya que la inmensa
mayoría de militantes de Morena migraron del PRI. Como muestra un botón, el que hoy funge como director general de la Comisión Federal de Electricidad, fue al que se le cayó el sistema en 1988.

Y que decir del actual gobernador de Sonora, Alfonso Durazo Montaño, quien en su momento fuera secretario particular de Luis
Donaldo Colosio cuando este fue presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, después secretario de Desarrollo Social y finalmente como candidato a la presidencia de la República.

Es de suponer que Marcelo sabía lo que iba a pasar, y dada su inteligencia y sagacidad política, únicamente se esta jugando sus cartas al estilo de su mentor Manuel Camacho Solís, o bien ya trae acuerdo con el presidente de la República tras bambalinas.

Por Eduardo Macías Garrido
eduardomacg@icloud.com
@eduardo84888581

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