COLUMNA INVITADA

Lucha de cuatro

Tres perfiles de oposición buscarán convencer al ciudadano de que pueden ganarle a Morena, mientras que la candidata de Morena deberá fidelizar su voto

OPINIÓN

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Patricio Morelos / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México Créditos: Foto: Especial

Es un error pensar que la campaña del próximo año será de dos. Todo parece indicar que tendremos al menos tres candidatos a la Presidencia, aunque valdría la pena ir anticipando que serán cuatro. Si no sucede nada extraordinario, Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez, Samuel García y Eduardo Verástegui aparecerán en la boleta.

Una elección de dos es muy distinta a una elección de cuatro. Esto cambia completamente la dinámica de la campaña, sobre todo para el proyecto de Xóchitl Gálvez.

Y me explico: el país está polarizado entre obradoristas y anti obradoristas y ganará la elección la opción que lleve más gente a votar.

En el caso de Morena y de Claudia Sheinbaum no hay grandes novedades. Tras las hostilidades del proceso interno, parece que lo más grave para el oficialismo ya pasó. Marcelo Ebrard no dejó por completo al partido, tampoco será candidato de Movimiento Ciudadano, no hay hoy otro personaje que busque atraer al votante de izquierda, pero sobre todo, tiene a un votante obradorista que ha demostrado a lo largo del gobierno -con algunas excepciones- serle fiel al proyecto. Mientras la aprobación del Presidente vaya bien, a Morena le irá bien.

El problema está en la oposición, cada vez más fragmentada. Durante los últimos dos meses Xóchitl Gálvez logró algo que parecía impensable: emocionar y movilizar a un votante desencantado con el obradorismo al que le urgía encontrar a un perfil que pudiera dar la batalla. Fue justo ahí donde se empezó a hablar del Claudia contra Xóchitl.

Pero para que hubiera un Claudia contra Xóchitl se requería de dos cosas, que Movimiento Ciudadano se uniera a la alianza opositora y que no se registrara ningún aspirante independiente con posibilidades de crecer. No sucedió.

Movimiento Ciudadano participará en la elección presidencial y será con candidato propio: el gobernador de Nuevo León, Samuel García. Samuel buscará atraer al votante joven de clase media-alta y al votante norteño, dos segmentos del electorado que serían más propensos a votar en contra de Morena.

Por su parte, Eduardo Verástegui, de lograr conseguir el millón de firmas necesarias para poder participar como candidato independiente, le hablará al votante más conservador. Pondrá sobre la mesa temas como la trata de niños, la ideología de género y los “valores familiares”. Sí, también le hablará a un votante que no apoya a Morena.

Entonces, el panorama opositor es más complejo de lo esperado, ¿no? Una lucha de cuatro nos marca otro juego, un juego en el que tres perfiles de oposición buscarán convencer al ciudadano de que pueden ganarle a Morena, mientras que la candidata de Morena deberá fidelizar su voto y no permitir que le ganen sus causas.

No es lo mismo una elección de dos que una elección de cuatro.

POR PATRICIO MORELOS

SOCIO DE POLIGRAMA Y PROFESOR DEL TECNOLÓGICO DE MONTERREY

@PATOMORELOS

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