COLUMNA INVITADA

Eugenio Garza Sada

Han pasado cinco décadas de su asesinato, perpetrado por un grupo guerrillero de jóvenes que buscaban la liberación del proletariado y establecer el comunismo

OPINIÓN

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Homero Niño de Rivera / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Créditos: El Heraldo de México

Hace 50 años fue asesinado Eugenio Garza Sada. El 17 de septiembre de 1973 se dirigía a su oficina, en un Ford Galaxie negro, modelo 1969, acompañado de su chofer y un escolta, cuando una célula de la Liga Comunista 23 de Septiembre lo interceptó para secuestrarlo. Se resistió y murió de un disparo.

El grupo guerrillero que lo asesinó fue creado meses antes por jóvenes que buscaban la liberación del proletariado, la eliminación de la burguesía y el establecimiento del comunismo en México. Paradójicamente, su principal fundador, Ignacio Salas Obregón, era estudiante del Tec de Monterrey. Participó también, entre otros, Jesús Piedra Ibarra, hermano de la actual presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Rosario Piedra Ibarra. 

La Cervecería Cuauhtémoc, que fundó su padre, ha sido símbolo y fue cabeza de un enorme conglomerado de empresas que convirtió a Nuevo León en la capital industrial y empresarial de México. Don Eugenio creó, junto con su hermano Roberto, la primera holding de este país, y fundaron el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, entre muchas otras cosas. Un personaje emblemático, un referente y un orgullo para los regiomontanos.

Según expedientes de la antigua Dirección Federal de Seguridad, el intento de secuestro fue conocido y consentido por el gobierno de Luis Echeverría. Sabían lo que iba a suceder y no lo impidieron. El Presidente tenía permanentes confrontaciones con los empresarios. No les decía fifís, como ahora, pero les decía riquillos. Al momento de su muerte, la familia Garza Sada estaba a punto de concretar la compra del grupo de periódicos más grande e influyente del país, la cadena García Valseca. Echeverría no estaba de acuerdo y buscaba que se lo quedara un empresario afín a su gobierno. Luego de la muerte de Garza Sada lo logró.

Al día siguiente del asesinato, empresarios de Monterrey publicaron un desplegado en un periódico donde preguntaban: “¿Hacia dónde nos llevan nuestros políticos demagogos que vociferan y alardean de los sistemas comunistas?”.

Acusaban al gobierno de Echeverría de generar división y polarización entre los mexicanos, y de propiciar un clima violento. Al funeral asistieron alrededor de 200 mil regiomontanos. Acudió también el Presidente, pero cuando la gente se dio cuenta le gritaron asesino y se tuvo que retirar. 

Un funcionario del gobierno de López Obrador sostuvo que los asesinos de don Eugenio habían sido unos “valientes jóvenes”. Los actuales Libros de Texto Gratuito que acaba de publicar este gobierno minimizan el asesinato diciendo que los guerrilleros habían sufrido un “descalabro” al intentar “retener” a Garza Sada.

En ese entonces, el joven Andrés Manuel López Obrador, inspirado en Echeverría, decide meterse a la política y comienza a trabajar en su gobierno. Siempre lo ha admirado y, en muchas ocasiones, lo imita. Son incontables las semejanzas entre ambos.

POR HOMERO NIÑO DE RIVERA ABOGADO Y EX DIPUTADO FEDERAL ?

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