MALOS MODOS

El dinosaurio disfrazado, de Macario Schettino

Alguien dijo que en Suecia, en realidad, todos los partidos son socialdemócratas

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Alguien dijo que en Suecia, en realidad, todos los partidos son socialdemócratas. De manera parecida, lo que nos dice Macario Schettino en su nuevo libro, El dinosaurio disfrazado, es que en México no todos, pero varios partidos y líderes políticos, particularmente algunos que pasan por ser de izquierdas, son definitivamente priistas, en origen y funcionamiento.

Va el spoiler: aparte, por supuesto, del tricolor con sus antepasados, se refiere al PRD, con Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo a la cabeza, y a Morena, que –segundo spoiler– no es un partido político, sino la estructura que se inventó Andrés Manuel López Obrador para llegar a la presidencia.

Son varias las virtudes de El dinosaurio disfrazado. La primera es que Macario, por supuesto, no se limita a “decir”. El libro es una disección del priismo de vieja guardia, una forma peculiar de la no democracia que nace del padre fundador del populismo latinoamericano, Lázaro Cárdenas, y que está anclada en el nacionalismo post revolucionario, el corporativismo y esa pulsión estatista que no termina de abandonarnos.

Ese viejo nacionalismo escapó del PRI de las reformas digamos liberales en los 80, estableció un matrimonio con ciertas izquierdas que –esto lo digo yo– en realidad no debería sorprendernos, porque hay por ahí muchas afinidades subyacentes, y alcanzó el poder definitivo en 2018.

En otras palabras, el libro es un claro y brillante ejercicio de puesta en perspectiva histórica, con un detalle no menor: es una perspectiva histórica que no renuncia a vernos como parte del mundo, un vicio demasiado frecuente en historiadores y analistas. 

Provocadoramente y con razón, El dinosaurio disfrazado considera el fundador del Estado priista a Cárdenas, no a Calles como es frecuente, y a Cárdenas, decía líneas atrás, como al fundador del populismo latinoamericano, antes incluso que Getulio Vargas o Perón.

Sin embargo, Macario no incurre en el vicio del excepcionalismo azteca. El viejo PRI, o sea el Partido Nacional Revolucionario, nació en un mundo de autoritarismos y aprendió de ese mundo: del leninismo y el fascismo, particularmente. La segunda virtud del libro es ilustrarlo con la misma brillantez y la misma claridad. 

Por supuesto, y con esta virtud, la tercera, termino, a lo que apunta Macario es a ayudarnos a leer, antes que nuestro pasado reciente, el México de hoy. El de 2023. El de López Obrador, pues, última y más autocrática, o sea más peligrosa, versión del dinosaurio –de ahí la segunda parte del título: “De opositor a demagogo”–.

En ese sentido, es un complemento a su muy exitoso libro anterior, México en el precipicio, ese desmenuzamiento implacable del sexenio obradorista en sus elefantes blancos, número a número. 

Sobra decirlo, pero va: deberíamos, todos, leerlo. Lo publica Editorial Ariel. 

POR JULIO PATÁN

COLABORADOR

@JULIOPATAN09

MAAZ