COLUMNA INVITADA

De cerrar filas a quemar las naves

Adán Augusto cerró filas, y demostró ser un hombre serio con convicciones; Marcelo Ebrard, motivado por un interés particular, está quemando sus naves

OPINIÓN

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Ricardo Peralta / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La estrategia militar es el planteamiento general utilizado por las organizaciones bélicas para intentar alcanzar los objetivos fijados. En cambio, la táctica es la que trata sobre el empleo de los medios de acción en la coronación de una campaña o la derrota del enemigo, se refiere a la actuación de los mandos y sus tropas con respecto al enemigo, o de las misiones a su cargo.

Michael Foucalt escribió que “la política es la guerra continuada por otros medios”, a diferencia de la famosa definición del gran militar prusiano Carl Von Clausewitz, quien describió a “la guerra como la continuación de la política por otros medios”, de cualquier manera muchas frases que se emplean en el lenguaje político son analogías bélicas.

Un ejemplo es la expresión cerrar filas que tiene un origen militar. Cuando un pelotón iba a ser atacado se llamaba a que cerraran filas para protegerse entre ellos. Hoy en día se utiliza para fomentar la unión entre los miembros de una comunidad, exhortando el trabajo en equipo ante un desastre, un percance, etc. Esta expresión tiene un sentido figurado, y en política se suele ocupar para expresar apoyo hacia una persona o hacia una proyecto político.

Por otra parte, quemar las naves también tiene un origen bélico, se usa cuando se desea referir a utilizar todos los esfuerzos y recursos con la intención de alcanzar algún objetivo de carácter heróico, pero con el riesgo de perderlo todo.

Adán Augusto López Hernández, cerró filas, quien después de los 70 días de recorridos durante el proceso interno de Morena, se convirtió en un político de talla nacional, con la mayor estructura territorial del país, el pasado sábado, su equipo político, con un alto sentido de lealtad, en principio a nuestro referente y aspirante a Coordinador Nacional de la Defensa de la Transformación, ratificamos el compromiso y dimos una muestra de madurez y civilidad, siendo disciplinados y congruentes con la consolidación de la transformación de México, sumándonos al equipo de la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, quien triunfó por mayoría frente a los otros cinco competidores. 

Adán Augusto demostró ser lo que nos inspiró, un hombre serio con convicciones muy bien fundamentadas y con alta jerarquía moral y política que lo hace ser un político profesional, que hoy cuenta con la mayor estructura del país. En un acto de nobleza y generosidad nos reconoció la entereza y suma a todos los líderes de organizaciones nacionales, delegados políticos estatales, senadores de la República, diputados federales y locales, presidentes municipales y regidores, entre otras personalidades.

Marcelo Ebrard, motivado por un interés particular, está quemando sus naves, sin embargo, a diferencia de Adán Augusto López Hernández, no cuenta con una estructura territorial ni con capital político nacional, corre el riesgo no solamente de volver a perder, sino también de quedar retratado en la historia política como uno de los que la ambición pudo más que el movimiento de transformación, que entre cientos de legados, sacó de la pobreza a más de 8 millones de personas en el último año; un acto de desesperación y desequilibrio donde sus propios correligionarios le abandonan en un acto de congruencia para ver su futuro político. Nadie quiere ir en un barco en pleno naufragio.

POR RICARDO PERALTA

COLABORADOR

@RICAR_PERALTA

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