COLUMNA INVITADA

Acuerdos cupulares

Resulta increíble que los simpatizantes y “dirigentes” del partido Morena, entre ellos el títere de Mario Delgado

OPINIÓN

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Eduardo Macías Garrido / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Resulta increíble que los simpatizantes y “dirigentes” del partido Morena, entre ellos el títere de Mario Delgado, critiquen el proceso del Frente Amplio, integrado por el PAN, PRI y PRD, para seleccionar a su candidata para competir por la presidencia de la República en el 2024.

Hablan de acuerdos cupulares, que cinismo. Xóchitl Gálvez fue electa por la sociedad civil, no es una candidata propiamente de los partidos políticos que integran el Frente Amplio, fue avasallando la sociedad a las dirigencias partidistas, desde aquella marcha en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE).

Fue abrumador el apoyo de la sociedad civil hacia la persona de Xóchitl, por eso declinaron y fueron cayendo los aspirantes del Frente Amplio, uno a uno. En este espacio lo mencionamos hace algunas semanas, que posibilidades tenían, por ejemplo, Santiago Creel, Silvano Aureoles o Miguel Ángel Mancera, ninguna.

Al final del proceso, Beatriz Paredes parecía poder competir, gracias al aparato tricolor y a la ayuda de Morena, pero aún era insuficiente para superar a Xóchitl.

Al decidir el Frente Amplio cancelar la votación del pasado domingo 3 de septiembre, toda vez que a decir de Beatriz Paredes las encuestas mostraban una clara ventaja de su competidora, la cual era irreversible, fue lo más sensato y prudente.

Era muy previsible que los simpatizantes de Morena trataran de boicotear, empañar y hasta influir en la elección del candidato del

Frente Amplio por México directamente en las casillas. El hombre de Palacio Nacional decidió hace mucho tiempo quien seria la candidata de Morena, pero eso no le era suficiente, también quería influir en la elección de la oposición para que la candidata fuera Beatriz Paredes.

Existían dudas de si los acuerdos cupulares dentro del PRI y el PAN permitirían que Xóchitl llegara a ser la abanderada del Frente, sin embargo, al verla como la más competitiva no tuvieron más remedio que cerrar filas y apoyarla. Así la ven también en Palacio Nacional y por eso arrecian los ataques.

Por eso resulta ridículo, cínico y hasta absurdo que los simpatizantes de Morena y del presidente López Obrador describan al proceso del Frente como un dedazo. Xóchitl se tuvo que imponer ante el preferido del PAN, Santiago Creel, el consentido de “los chuchos”, Silvano Aureoles y a dos pesos pesados del PRI, Beatriz Paredes y Enrique de la Madrid.

La diferencia es clara y evidente, López Obrador decidió hace más de cuatro años quien sería su candidata. Lo de las encuestas es como en ocasiones anteriores, una simulación del partido que dirige Mario Delgado solamente para formalizar la decisión del gran elector: el presidente de la República.

Así que no le vengan al presidente con el cuento de que la democracia es la democracia. La diferencia es muy clara a los ojos de la gente, mientras que de un lado la sociedad civil fue la que se impuso sobre los partidos y encumbró a Xóchitl Gálvez, por el otro lado el presidente desde hace mucho tiempo, al estilo del viejo PRI, mandó todas las señales de quien era su candidato preferido, y con base en ello trabajó la cargada tradicional, gobernadores, senadores y diputados de Morena.

Veremos en los próximos meses cual es la elección de la gente. Son dos las alternativas, cambio con continuidad o dar un golpe de timón en temas tan fundamentales como la salud y la seguridad pública.

POR EDUARDO MACÍAS GARRIDO

eduardomacg@icloud.com
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