La ciudad, como el resto del país, ha dejado de producir vivienda popular, en zonas céntricas o las cercanas a transporte público masivo, pero tampoco oferta a la que puede tener acceso sectores de ingresos medios, por lo que la urbe se expande, se realizan trayectos largos en extremo, se reduce la zona rural y se practica la auto construcción, para ampliar los espacios existentes, la cual, sin asistencia técnica pone en riesgo a las personas. Construir vivienda asequible en zonas centrales tiene que ser una prioridad en una agenda de gobierno que privilegie a las personas de menores ingresos, la movilidad y la adecuada calidad de vida. Es un tema discutido con amplitud, en el que es posible avanzar si se define una ruta clara.
Desarrollar distritos en reservas de tierra en lugares interiores, céntricos o cercanos al transporte, con inversión pública en infraestructura, pero también la que se va a generar por la plusvalía que ofrece una zona regenerada, para pagar por un plan parcial de desarrollo. En esas zonas se deben de mezclar usos, pero también tipo de vivienda, esto es se otorgan incrementos en densidades a cambio de producir no solamente vivienda residencial, sino también la asequible para el trabajador, y se destinan recursos para mejorar la infraestructura y el espacio público. Se debe de dar seguimiento y ofrecer alternativas viables a proyecto como el de corredores de vivienda que pretenden combinar la vivienda residencial, con la popular, en zonas centrales.
Adecuar y ampliar las posibilidades de los créditos del Infonavit y Fovissste, para que, por ejemplo, cualquier persona que califique para un co-crédito con la banca privada lo pueda ejercer bajo cualquier esquema que la banca ofrezca. Es posible también utilizar la regulación actual para que la o el trabajador puedan participar en esquemas similares a la pre venta, para acceder a opciones de menor costo, o modificar la regulación para que la capacidad de pago de una persona se pueda calcular haciendo uso de información adicional a la de los recibos de pago, como lo hace la banca digital. Ese tipo de instituciones, las tripartitas, deben de ser capaces de ofrecer alternativas a las personas que tienen retenciones a su salario con la finalidad de financiar vivienda en la Ciudad de México.
Organizar y facilitar, por parte del gobierno capitalino, la operación de instituciones financieras reguladas para el ahorro por parte de personas con ingresos informales, para la adquisición de vivienda, por medio de esquemas en los que la vivienda se pueda obtener después de un periodo de ahorro constante, lo que garantiza capacidad de pago y abarata el financiamiento.
Subsidiar la autoproducción, o ampliación de vivienda, pero en una modalidad asistida, que garantice la funcionalidad y la seguridad de las construcciones.
Subsidiar la construcción de vivienda, pero limitarla a la popular y a la que se construye en zonas céntricas y las orientadas a transporte, con alternativas como ofrecer suelo para ese fin a menor precio, eso además de otorgarles facilidades como un nivel adicional en ciertas zonas, exentarlas de la obligatoriedad del estacionamiento e invertir en la infraestructura básica pertinente.
Fomentar el desarrollo de empresas pequeñas y medianas de vivienda, orientadas al sector popular, con el apoyo de créditos puente por parte de la banca de desarrollo, la digital, esquemas especiales de simplificación de trámites, así como con tecnología.
Desarrollar políticas de innovación, investigación y emprendedurismo para ofrecer a la población y a la industria alternativas en temas como materiales resilientes y térmicos, ahorro y generación de energía, colecta de agua, huertos urbanos, diseño de espacio y otras tecnologías que sirvan para la vivienda sustentable en la capital.
Orientar los programas de vivienda otorgada por parte de las instituciones de gobierno, para reducir su costo de producción y mejorar su calidad, pero, sobre todo, para que la población en general, y no solamente grupos organizados tengan acceso a las misma, además de ofrecer alternativas como la vivienda en renta subsidiada.
Incrementar las inversiones hidráulicas, las destinadas a colectar agua y reducir el desperdicio en los hogares, pero también para eliminar las fugas y conectar mejor a los hogares. Todos los inmuebles residenciales de la ciudad, nuevos y usados, deben de contar con equipamiento hidráulico adecuado, financiado por los residentes, y un sistema tarifario basado en la medición del consumo, para colectar agua, reducir su uso y evitar las fugas. Otro tipo de hogares requiere de apoyos públicos para lograr dichos objetivos, pero también para mejorar la infraestructura hidráulica en el hogar.
La ciudad requiere de un programa ambicioso de simplificación y transparencia en todos los procesos que tiene que ver con la vivienda, lo que se debe basar en mejor planeación, uso de tecnología y reglas claras. También de un programa de regulación de la tenencia de la tierra y la homologación de padrón catastral con el registro público de la propiedad.
POR VIDAL LLERENAS
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