COLUMNA INVITADA

¡Viva Zapata!

El Escuadrón Táctico 74 de la Fuerza Aérea Alemana, creado en los años 60 y aún en operación, está compuesto por dos escuadrones, uno de ellos bautizado por un agregado militar mexicano con el nombre del revolucionario morelense, cuyo natalicio, por cierto, se conmemora el día de hoy

OPINIÓN

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Juan Luis González Alcántara / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hace unos días, con motivo del cumpleaños de un familiar, tuve la oportunidad de coincidir con un viejo amigo al cual no veía hace casi una década. Aunque estos encuentros siempre resultan inesperadamente gratos, la verdadera sorpresa fue la conversación que tuve con Diego, su hijo de 10 años. Sin mayor formalidad ni preámbulo, como es característico a esa edad, el pequeño comenzó a compartirme su afición por la historia, abordando con admirable erudición temas como la Guerra de las Rosas en Inglaterra o los aviones de combate de la Segunda Guerra Mundial.

Deteniéndose sobre este último punto, me preguntó mi opinión acerca del Escuadrón 201, el contingente aéreo con el que nuestra nación contribuyó en las etapas finales de la Campaña del Pacífico. Confesando mi falta de experticia en la materia, me limité a repetir mis lecciones de historia universal: la Guerra estaba ganada ya en ese momento; la participación de nuestros compatriotas había sido un gesto valeroso pero simbólico.

Su respuesta me tomó por sorpresa: “Sí, es lo que mucha gente afirma; mi maestro de historia dice que repita lo que él me enseña y si agrego otras cosas, afectará mi calificación. Pero creo que los alemanes no están de acuerdo.” Reprimiendo el impulso de decirle que estaba equivocado (el 201 no había peleado en Europa), guardé silencio y lo escuché con atención; fue una sabia elección.

“El gobierno alemán de la posguerra”, prosiguió, “había escuchado impresionantes relatos sobre el valor y la pericia de los pilotos mexicanos, y decidió homenajearlos nombrando a uno de sus escuadrones ‘Viva Zapata’”.

Lo miré con una mezcla de admiración e incredulidad. La historia me parecía simplemente increíble, pero ante la seguridad de su relato preferí seguir escuchando a mi interlocutor, quien, entusiasmado al encontrar un público receptivo, continuó exponiendo magistralmente sobre aviones de combate, intrigas medievales y una variedad asombrosa de temas.

Esa noche, al volver a casa, busqué la información en línea. En efecto, el Escuadrón Táctico 74 de la Fuerza Aérea Alemana, creado en los años 60 y aún en operación, está compuesto por dos escuadrones, uno de ellos bautizado por un agregado militar mexicano con el nombre del revolucionario morelense, cuyo natalicio, por cierto, se conmemora el día de hoy.

En una sociedad cada vez más desapegada a la lectura, en donde muchos padres miran con indiferencia a sus pequeños perderse en el brillo de una pantalla, mi conversación con Diego me devolvió, inesperadamente, la fe en las nuevas generaciones.

Recordé también mi infancia y las enseñanzas y pláticas que como niño escuché sobre Zapata, de Antonio Díaz Soto y Gama, inclusive los paseos por las calles de Moneda, Zapata y Margil a espaldas de Palacio Nacional, en donde tuvo sus cuarteles el autor del Plan de Villa de Ayala.

Pero, lo más importante, me enseñó una lección crucial: a resistir el impulso de imponer, con arrogancia, nuestra visión sesgada de la historia sobre las nuevas generaciones y, a alentarlos a buscar, como Diego, su propia interpretación de nuestra identidad, dudar de la historia que se nos transmite, cuestionar las enseñanzas de los mentores que sólo repiten sin crítica todo lo que les dicen en sus aulas, pues sólo así podrán crecer libres de las ataduras del maquillado pasado y forjar su propio futuro. Ésa será la vara con la que seremos medidos cuando haya pasado nuestro tiempo en esta Tierra. ¡Bien por Diego!

 

POR JUAN LUIS GONZÁLEZ ALCÁNTARA
MINISTRO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN