POLITEIA

La salud en tiempos de la 4T

Entre 2018 y 2022 aumentó alrededor de 30% el “gasto de bolsillo”, es decir, lo que destinan para atención médica

OPINIÓN

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Fernando Rodríguez Doval / Politeia / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hace unos días se dio a conocer la edición 2022 de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), elaborada cada dos años por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 

Los datos que arroja en materia de salud no son, ciertamente, los más alentadores. 

Entre otras cosas, la ENIGH nos muestra que entre 2018 (año en que Andrés Manuel López Obrador llegó a la Presidencia de la República) y 2022 aumentó alrededor de 30 por ciento el llamado gasto de bolsillo, es decir, lo que las personas gastan de su dinero para atender temas médicos. 

Un aumento en el gasto de bolsillo es, así, una muestra palpable de un empeoramiento de los servicios públicos de salud.

Y precisamente en lo relativo a los servicios públicos de salud es donde vemos el resultado quizá más preocupante: entre 2018 y 2022 hubo un incremento de más de 20 millones de mexicanos que aseguraron no tener acceso a ningún sistema de salud. 

Estos datos coinciden con los del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que en su momento reportó que entre 2018 y 2020 más de 15 millones de personas habían dejado de tener acceso a la salud. 

¿A qué se deben estos resultados tan negativos? Puede haber una variedad de razones, pero la principal de ella parece estar clara: la eliminación del Seguro Popular. 

El Seguro Popular fue una política exitosa creada en 2004 y que se fue potenciando con el paso de los años. 

Sin ser la panacea, funcionaba razonablemente bien. 

Buscaba que aquellas personas que no estaban afiliadas ni al IMSS ni al ISSSTE pudieran tener acceso a servicios de salud, mediante una cuota anual muy pequeña que les permitía acceder a consultas médicas, medicamentos, estudios de laboratorio, hospitalización, cirugías y atención prenatal, entre otros. 

El presidente López Obrador eliminó ese programa, seguramente convencido de que, al ser creación de gobiernos que él califica como “neoliberales”, automáticamente era algo negativo. 

A todo lo anterior hay que agregar la tragedia del desabasto de medicinas: se calcula que en 2021 no se surtieron 24 millones de recetas médicas, según información de la organización Nosotrxs. 

Esto ha afectado más a los más débiles, como ha sido el triste caso de los niños enfermos de cáncer. Y ni qué decir de los casi 800 mil mexicanos que murieron durante la pandemia por COVID-19, gracias, en buena medida, a la nefasta política implementada por el impresentable Hugo López-Gatell.

Andrés Manuel López Orador prometió un sistema de salud como el de Dinamarca, pero lo cierto es que actualmente tenemos uno propio de un país muy atrasado. 

Los prejuicios ideológicos, la falta de capacidad técnica y la soberbia están ocasionando que en materia de salud hoy estemos, claramente, peor que hace cinco años. 

POR FERNANDO RODRÍGUEZ DOVAL

POLITÓLOGO

@FERDOVAL

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