TODOS SOMOS MÉXICO

Que no sean solo cifras

Cada día se suman alrededor de 50 víctimas, vidas tempranas que criminales arrebatan para lucrar con ellas sin que les importe el sufrimiento al que las someten

OPINIÓN

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Mauricio Farah / Todos Somos México / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La semana pasada la organización Reinserta reiteró su insistente denuncia: en México cada año 20 mil niñas, niños y adolescentes (NNA) son víctimas de trata, en tanto que 30 mil han sido reclutados por el crimen organizado.

Que no sean sólo cifras. Para comprender lo que sucede hay que sentir lo que siente cada una de las familias de estas niñas y niños, pasar por lo que han pasado, imaginar su inacabable ciclo de sufrimiento, esperanza y desesperanza.

No son solo cifras, porque equivalen a que cada hora dos menores de edad son llevados por la fuerza o mediante engaños al infierno de la trata. Que cada día se suman alrededor de 50 víctimas, vidas tempranas que criminales arrebatan para lucrar con ellas sin que les importe el sufrimiento al que las someten.

No son solo cifras, porque significan que cada día al menos 50 familias, como la tuya o la mía, pasan de una vida normal al sobresalto infinito de no saber dónde está la persona de su mayor afecto, la hija o el hijo por quien darían la vida.  

No son solo cifras, porque esos 30 mil NNA que, de acuerdo con la estimación de Reinserta, han sido reclutados por el crimen organizado, tienen que sobrevivir obedeciendo a malhechores y probablemente incurriendo en delitos que jamás cometerían de no haber caído en la condición de reclutados por bandas delincuenciales. Doble y triple infierno: lejos de sus hogares, en medio de extrema violencia y manteniendo apenas la esperanza de ver el fin de esa pesadilla.

Difícil imaginar, pero hay que hacerlo, al adolescente que apenas ayer jugaba con sus hermanos o se divertía con vecinos adolescentes de su edad y hoy debe vivir en la clandestinidad, cargar un arma y estar dispuesto a dispararla para sobrevivir en una batalla que no es la suya y que no lo sería de no haber sido llevado allí por la fuerza.

La pornografía infantil también se ha asentado en México, en donde se produce, según Reinserta, 60 por ciento de la que se genera en el mundo.

Que no sea solo una cifra, porque este daño es inadmisible y reclama de todos, del país entero, acciones concretas y eficaces.

Que no sea solo una cifra porque esas niñas y niños demandan y necesitan de nuestra indignación para romper las inercias y encontrar medios preventivos, así como de rescate y reinserción social para la efectiva y permanente protección de nuestras infancias.

Hay esfuerzos gubernamentales y hay organizaciones de la sociedad civil que hacen un gran trabajo, pero nuestra niñez y adolescencia necesitan más de nosotros. Hagamos lo que esté a nuestro alcance: una acción de difusión, una denuncia, una donación, una idea, un retuit, un compromiso, una meta. 

Pongámonos muy por encima de nuestra comodidad e indiferencia. No podemos vivir en un país en el que decenas de miles de niñas, niños y adolescentes son víctimas de trata y actuar como si nada sucediera.

Es importante conocer las cifras; es más importante convertirlas en punto de partida de nuestra indignación y de nuestra acción colectiva por un mejor país, con una infancia protegida y feliz.

POR MAURICIO FARAH

@MFARAHG

ESPECIALISTA EN DERECHOS HUMANOS

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