COLUMNA INVITADA

¿Algo peor que el comunismo?

¿Habrá algo peor que el comunismo? Si, ya lo había anticipado Facundo Cabral: “Soy un anarquista, que es algo peor que un comunista. Por eso, nunca he votado, jamás me he involucrado en la política, porque divide y yo me alejo de lo que divide”

OPINIÓN

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Diego Latorre / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

           El pasado 2 de agosto, un comunicador de estos noticieros nocturnos, alertó, en cadena nacional, de que los nuevos libros de texto gratuitos amenazan con adoctrinar a nuestros niñxs al comunismo: “El virus comunista, su resurgimiento, está en la educación comunista que la Secretaría de Educación Pública busca imponer a las niñas y a los niños de México” (lea la frase con entonación pretenciosa).

¿Habrá algo peor que el comunismo? Si, ya lo había anticipado Facundo Cabral: “Soy un anarquista, que es algo peor que un comunista. Por eso, nunca he votado, jamás me he involucrado en la política, porque divide y yo me alejo de lo que divide”.

            ¿Javier Alatorre divide?, no, divierte, porque no pueden tomarse en serio el sin número de barbaridades que reprodujo en escasos minutos, pues, en realidad, nada de lo dicho atañe al contexto actual y, más bien se trató de “posiciones personales” o “directrices corporativas”.

Diría mi abuelito que sí, que sí que hay algo peor al capitalismo, al comunismo y, al anarquismo (todos juntos), y es la ignorancia, el abuso, la falta de ética y de valores humanos simples, en fin, la intransigencia y la intolerancia.

Cuestionar el concepto de un ser supremo (en cualquier religión), la religiones, las iglesias, o bien, al Estado mismo, al poder imperante y el sistema económico; hablar con franqueza de la libertad sexual y la liberación de sectores que durante años permanecieron oprimidos; enseñar, sin tapujos ni estando sujetos a conceptos de dominación mental a los niños, jóvenes y adultos; hablar de valores cívicos universales inherentes al desarrollo social de cualquier comunidad, como la solidaridad, la cooperación, la autogestión, el respeto mutuo, la libre asociación, la libre manifestación de las ideas, y un largo etc., no son posiciones comunistas ni anarquistas ni capitalistas, es, simplemente motivar a nuestras neuronas, exaltando el deseo de aprender y entender el mundo que nos rodea y poder atacar las problemáticas actuales. Esta práctica, por cierto, milenaria, es lo que hecho que homo sapiens se haya convertido, poco a poco, en homo sapiens sapiens. Como Yuval Harari expuso, esto permitió que pasáramos de “animales a dioses” (no se lo pierdan estupenda lectura). 

Respeto el derecho que tiene este comunicador para emitir sus opiniones; cuestiono, desde un punto de vista ético, el uso del espectro público para estos fines; ¿existe ética periodística o algún concepto relacionado con la responsabilidad por el uso de un micrófono? Si los nuevos libros de texto contienen errores, que se corrijan, pero descalificar desde ese púlpito con esa diatriba, lo único que denota es una realidad insoslayable en México, y este comunicador y su opinión son ejemplos claros de nuestras carencias actuales. Y sí, hay algo peor, el totalitarismo. Estos que a diario acusan al totalitario, son igualmente y quizás, más, totalitaristas.

Espero que usted nunca piense como yo.   }

POR DIEGO LATORRE LÓPEZ
@DIEGOLGPN

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