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"Liberal" ahora no transmite una ideología, sino una postura moral; la palabra se concibe como un adjetivo

OPINIÓN

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Alejandro Echegaray / Campus / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hubo un tiempo en que el liberalismo era un ismo como cualquier otro, pero ese tiempo, escribe Michael Walzer, ya pasó. "Liberal" ahora no transmite una ideología específica, sino una postura moral, por lo que la palabra se concibe mejor como un adjetivo que un sustantivo: uno es un "demócrata liberal".

En los últimos años, hemos sido testigos de cómo alrededor del mundo las dictaduras o regímenes antiliberales han resurgido, como ocurrió en Polonia, Hungría, Estados Unidos y el Reino Unido. La invasión de Rusia a Ucrania representa la lucha en contra de las libertadas y la imposición de la tiranía. Ese ethos lo comparte el obradorismo, la derecha estadounidense encarnada en el trumpismo y el MAGA, la ultraderecha europea de los Le Pen y el partido del Brexit.

La caída del Muro de Berlín ofreció la promesa de que el mundo estaba a punto de entrar en un círculo virtuoso. La creciente prosperidad fomentaría la libertad y la tolerancia, lo que a su vez crearía más prosperidad. Desafortunadamente, esa esperanza se ha esfumado.

Los resultados de la más reciente encuesta mundial sobre actitudes sociales, muestra que el optimismo con el que se vivía el fin de la historia era una completa ingenuidad. La prosperidad ciertamente aumentó. De acuerdo con The Economist, en las tres décadas hasta 2019, la producción mundial aumentó más de cuatro veces.

Aproximadamente 70% de los 2 mil millones de personas que vivían en la pobreza extrema escaparon de ella. Por desgracia, la libertad individual y la tolerancia evolucionaron de manera contraria. Mucha gente alrededor del mundo continúa adherida a creencias tradicionales e intolerantes.

Que los tiranos abjuren de los valores liberales no es novedoso. La sorpresa radica en el apoyo que reciben de sus bases. Los resultados de la Encuesta Mundial de Valores evidencian que los países tradicionalmente seculares han adoptado en mayor medida valores religiosos y tradicionales.

Los jóvenes de los países islámicos y ortodoxos no son mucho más individualistas o laicos que sus antecesores. Según Freedom House, los derechos políticos y las libertades civiles, en todo el planeta, han decrecido de manera continua en los últimos 16 años. En el México de hoy, el proceso de transición hacia la democracia liberal también ha sido truncado.

La apertura económica y la adopción del liberalismo como eje rector de las políticas públicas ha llegado a su fin. AMLO ha emprendido acciones y formulado políticas que amenazan y trastocan los pilares en los que está sustentada la democracia liberal. No es exagerado decir que el proceso de erosión al arreglo institucional y el asedio que padece la sociedad civil, empresarios y entes autónomos, a partir del ascenso al poder del obradorismo, es una cruzada en contra de los valores occidentales que enarbolan las democracias liberales.

Tenemos -con Xóchitl como candidata- la oportunidad de regresar a México al sendero de la transición. Si no la aprovechamos, el obradorato se irá ad infinitum. Cerremos filas en torno a su candidatura. Es el tiempo de México, es tiempo de demócratas.

POR ALEJANDRO ECHEGARAY

POLITÓLOGO

@AECHEGARAY1W

MAAZ