UNA CHAIRA EN EL HERALDO

Las Damas del poder

A las que más conocemos a las tres últimas. A la Gaviota, a Margarita y a Martitaque les conocemos todo. Pero de las anteriores no conocemos nada

OPINIÓN

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Fernanda Tapia / Una Chaira en El Heraldo / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Familia del Heraldo siempre es muy grato platicar con el gran periodista Francisco Cruz. Su más reciente libro de investigación lleva por nombre: Las Damas del Poder. Pura primera dama. Y aunque en la portada sólo aparecen las tres más recientes, la verdad es que se lanza incluso a las épocas de Adolfo López Mateos. Y me dice: “En realidad todos deberíamos no sólo asustarnos, sino aterrorizarnos. 

A las que más conocemos a las tres últimas. A la Gaviota, a Margarita y a Martitaque les conocemos todo. Pero de las anteriores no conocemos nada. No conocemos nada porque siempre pensamos que las primeras damas eran unas santas.  Fuera de Carmen Romano, de quien fueron muy notorias sus andanzas con el Estado Mayor presidencial. Y hasta Uri Geller (un dizque mentalista que doblaba tenedores en público), a que le dió un departamento en la Zona Rosa con piscina y le consiguió un pasaje de por vida para Mexicana. Y lo podía usar para viajar a todos los destinos de Mexicana”. Luego el querido maestro Francisco Cruz se descose bien y bonito hablando de otras exesposas de los expresidentes: “A todas nos las vendieron como la liga nacional de la decencia y resulta que todas son como buitres…todas las primeras damas.

La de López Mateos, era la madre Nacional, la maestra de México, pero mi mamá decía que ella era una bruja. Cuando crecí me enteré que ella era una ambiciosa desmedida. Llegó a un acuerdo con Gustavo Díaz Ordaz, con Alfonso Corona del Rosal (qué miedo) y con Miranda Fonseca para gobernar México, porque López Mateos no podía gobernar, Tenía siete aneurismas en el cerebro y  los curaba con alcohol. Por éso nunca quiso vivir en  los Pinos, era un alcohólico. Quienes gobernaban eran ellos. Su esposa a cargo de toda la política social. Y en serio, que cuando termina el gobierno de López Mateos ella no se quería ir, quería seguir. Si no es porque Díaz Ordaz la iba a acusar de corrupción, no se va. Luego se supo del asesinato de la esposa de Rubén Jaramillo. Epifanía creía que la Señora Eva Sámano era su amiga. La estaba esperando cuando el ejército incursionó en la casa de Rubén Jaramillo y pensaron que estaban llegando a entregar las máquinas de coser de la señora López Mateos para la beneficencia. Pero entraron y los asesinaron a todos, Epifanía estaba embarazada”. Hasta aquí yo ya tenía los pelos de punta pero Paco seguía enumerando atrocidades, por ejemplo me dijo: “También la de Echeverría, terminó multimillonaria no solo terrenos en Cancún, sino también en Playa del Carmen. Eran brutalmente millonarias, pero no sólo eso… también parte de su familia de Jalisco.  Ella, de buenos modales intelectuales y académicos, pero su hermano murió en la cárcel ligado al narco.  Al igual que la familia de Nilda Patricia, el General José Gutiérrez Rebollo estaba investigando a su familia  y en parte por eso, lo encarcelaron”. Total que el libro está imperdible y está editado en Planeta.

POR FERNANDA TAPIA
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@TAPIAFERNANDA

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