COLUMNA INVITADA

Parlamento Abierto: Conectar las calles con el Congreso, y de regreso

El Parlamento Abierto es un concepto derivado del de Gobierno Abierto

OPINIÓN

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Temístocles Villanueva Ramos / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

El Parlamento Abierto es un concepto derivado del de Gobierno Abierto y que, así como éste, propone la generación de espacios para el diálogo constructivo entre Congreso, organizaciones de la sociedad civil, personas expertas de distintos rubros y ciudadanía en general para la toma de decisiones legislativas. En ese sentido, el Parlamento Abierto juega un doble papel de principio y mecanismo para los órganos legislativos de todo el mundo.

Por un lado, como principio, considera la necesidad de ser una institución abierta a la ciudadanía, con procesos permanentes de retroalimentación y diálogo con la experiencia de las personas a las que se busca representar. Como mecanismo, se materializa en la realización de ejercicios temporales en que la ciudadanía —en su conjunto— puede establecer un diálogo directo para fortalecer y acompañar los procesos de redacción y dictaminación de iniciativas y propuestas de ley, a fin de garantizar que los productos que sean votados en el pleno atiendan y reflejen, de manera efectiva y directa, sus realidades, garantizando con ello un ejercicio que va más allá de la democracia representativa.

De esta manera, el Parlamento Abierto es una vía contundente para atender uno de los grandes retos políticos que enfrenta la democracia en nuestro país y nuestra ciudad: la desconexión entre lo que hacen las instituciones y las expectativas y necesidades reales de las personas.

Esta desconexión es un elemento más de la crisis de representatividad que hace que las personas no se sientan parte de la toma de decisiones que determina el curso de los asuntos públicos que más les intersectan o afectan, desluciendo la legitimidad del modelo democrático y sus instituciones. Esta crisis no es menor, porque cuando los congresos y los gobiernos no cuentan con mecanismos para la apertura a la ciudadanía, su agenda programática, temática y de trabajo deja de estar a la vanguardia, se aleja de la realidad social y se rezaga frente a los grandes retos que debemos atender y enfrentar de la mano con las y los ciudadanos, la sociedad civil organizada y todos los sectores de la población interesados. Ese es el verdadero poder del Parlamento Abierto: incluir y dialogar para seguir avanzando; nutrir con la realidad para dar sustancia a nuestro trabajo.

El Congreso de la Ciudad de México ha sido pionero tanto de la transversalización del principio de Parlamento Abierto en todas las actividades que realizamos como parte de nuestra labor, como en la operativización de ejercicios de parlamento abierto para el fortalecimiento y democratización de diversos procesos legislativos.

Contamos, en primer lugar, con los parlamentos de grupos específicos y poblaciones de atención prioritaria, entre los que se encuentran el Parlamento de Mujeres, el Parlamento de la Niñez, el de las Personas con Discapacidad o el de las Personas LGBTTTIQA+. Estos  ejercicios abren las puertas de nuestra institución y permiten a estas  poblaciones traer su voz y experiencias al Congreso para identificar pendientes y conformar una agenda legislativa nutrida de lo que viven y enfrentan día a día.

A la par, hemos encabezado importantes ejercicios de Parlamento Abierto para la consulta de iniciativas y propuestas de ley, de manera previa a su presentación o como parte del proceso para su dictaminación. Algunos ejercicios que hemos realizado en esta Legislatura han sido el de consulta con grupos de atención prioritaria para la reglamentación de acciones afirmativas, aprobado por este Congreso hace algunos meses. 

Con todo y que, como poder legislativo local, hemos sido pioneros en el tema de Parlamento Abierto, y que hemos podido comprobar que se trata de un ejercicio útil y necesario en términos de democracia participativa y cercanía con la ciudadanía, la regulación de la figura de Parlamento Abierto no está encuadrada en los marcos normativos de nuestro país y sigue siendo un ejercicio de relativa reciente realización. Nuestra ciudad no es la excepción. Hoy por hoy, pese a que nuestro Reglamento Interno ya contiene el principio de Parlamento, sigue sin existir una reglamentación clara para su realización con el debido apego a la institucionalidad del Congreso que debe conllevar. Por ello, así como órgano de representación, hemos asumido un compromiso doble, con la inclusión de todas las personas y poblaciones, y con la conformación de un diálogo permanente entre las calles y las curules, y nos toca avanzar con la reglamentación del principio y los mecanismos de parlamento abierto que apuesten por éste como una vía para la construcción de una democracia participativa, incluyente y cotidiana en que la ciudadanía se apropie de su Congreso y sea parte integral de todas las decisiones que les concierne e intersectan.

Esto, por supuesto, debe ir de la mano de la construcción de pisos parejos para la participación pública y política de todas las poblaciones históricamente relegadas de los procesos de toma de decisiones, saldando con ello la deuda histórica que ha existido con la construcción de decisiones legislativas que versan sobre las persona, sin tomarlas en cuenta.

Porque, tal como dice el lema del movimiento de las personas con discapacidad: “Nada sobre nosotras, sin nosotras”. Incluyamos, pues, la necesidad de la apertura en el corazón mismo de la política, a fin de que la democracia que seguimos construyendo avance, verdaderamente, de la mano de todas, todos y todes. No sólo eso, como Congresos locales y de la Unión garanticemos el principio de Parlamento Abierto para caminar al mismo ritmo que la sociedad que tenemos el deber de representar, sin rezagos, sin distracciones y sin dejar a nadie atrás.

Temístocles Villanueva Ramos

Diputado de Morena en el Congreso de la CDMX

@TemistoclesVR

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