AGENDA LEVANTINA

Medio Oriente en los BRICS

Si bien el bloque ha sido una aleación heterogénea, sus miembros originales comparten su demanda de un equilibrio mundial más inclusivo

OPINIÓN

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Marta Tawil / Agenda Levantina / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Cuatro países de Medio Oriente se integraron recientemente a los BRICS: Irán, Egipto, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos. BRICS es un bloque formado en 2011 por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, naciones consideradas "potencias emergentes" que conjuntamente producen una cuarta parte de la riqueza mundial y reúnen a 42% de la población global. La membresía de los países de Medio Oriente, que entrará en vigor en enero, refleja su ansiedad y también la rivalidad entre ellos, como se vio recientemente.  

Hace unos días, la monarquía saudita nombró un embajador no-residente para los territorios palestinos, que será igualmente cónsul general en Jerusalén. Todo lo relacionado con las zonas palestinas tradicionalmente lo gestionaba la Embajada saudita en Amán, la capital jordana. Ocurrió días después de que el canciller israelí, Eli Cohen, afirmara que "la paz entre Israel y Arabia Saudita es una cuestión de tiempo". 

Con esa normalización la monarquía saudita pide a Estados Unidos garantías de seguridad y asistencia para un programa nuclear civil con capacidad de enriquecimiento de uranio. 

Estos movimientos sauditas inquietan al presidente egipcio, Abdelfatah al-Sissi, quien se reunió esta semana con sus contrapartes jordana y palestina (a Jordania le inquieta que los sauditas le quiten el papel como custodio de los lugares sagrados musulmanes en Jerusalén, incluida la mezquita de Al-Aqsa, función estipulada en su acuerdo de paz de 1994 con Israel). 

Egipto, cuya influencia se basa en su capacidad para mediar entre Jerusalén y el grupo nacionalista islamista Hamás, se resiste a ceder este papel al príncipe heredero saudí. 

Por parte de Irán, recurrir a organizaciones sin miembros occidentales ha sido la pauta desde hace algún tiempo; con ello, busca romper su aislamiento y revitalizar una economía debilitada por las sanciones estadounidenses y europeas. Teherán se unió así a la Organización de Cooperación de Shanghái, una entidad regional creada en 2001 y que cuenta con China y Rusia entre sus miembros fundadores. 

Si bien BRICS ha sido una aleación heterogénea, sus miembros originales comparten su demanda de un equilibrio global más inclusivo, en particular en lo que respecta a la influencia de Estados Unidos y la Unión Europea. 

Ahora el grupo incluye en su seno a Egipto, quien, en espera de que lleguen más divisas e inversiones, tras su inminente inclusión al dicho bloque, sigue dependiendo en extremo de Washington y teme las incursiones sauditas en su territorio; Arabia Saudita, aliada de Estados Unidos, dispuesta a poner su riqueza exorbitante al servicio del mejor postor y consciente de que el objetivo del presidente Joe Biden también se orienta a frenar la influencia iraní; y a Irán, estructuralmente rival de Arabia y visto siempre con suspicacia por Egipto. 

La coherencia geopolítica no parece asegurada. 

POR MARTA TAWIL

IINVESTIGADORA DE EL COLMEX

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