COLUMNA INVITADA

La última fiesta del tenis está en juego

Para este año, hay dos favoritos muy claros, Carlos Alcaraz y Novak Djokovic. Ambos tenistas están intratables, demostrando un nivel de juego excepcional y una confianza en sí mismos impresionante.

OPINIÓN

·
Mariano Torres / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Esta semana comenzó el último Grand Slam del año, el US Open. El major de cancha dura que pone a vibrar a cualquier tenista por la electricidad que se vive en las gradas. Nueva York está de fiesta y listo para conocer a su nuevo reinante. La atmósfera que se respira solo enaltece lo más puro del deporte blanco.

El espectáculo, el humor del público, el ambiente, los partidos históricos y las hazañas engloban todo lo que realmente genera este encantador evento, desde 1881. Incluyendo que es el único torneo de los cuatro más reconocidos (Australian Open, Roland Garros, Wimbledon y US Open) que no se vio afectado por la cancelación en la Primera Guerra Mundial y en la Segunda Guerra Mundial o interrumpido por la pandemia por COVID-19, plagado en 2020.

Los nombres de Jimmy Connors, John McEnroe, Pete Sampras, Roger Federer, Rafael Nadal, Novak Djokovic y Juan Martín del Potro son algunos de los tenistas que se han dejado su nombre grabado en la pared del Arthur Ashe Stadium. Es el estadio de tenis más grande del mundo con capacidad para 23 mil 771 espectadores.

Para este año, hay dos favoritos muy claros, Carlos Alcaraz y Novak Djokovic. Ambos tenistas están intratables, demostrando un nivel de juego excepcional y una confianza en sí mismos impresionante. Es más, en conferencia de prensa, los dos declararon que sus equipos están muy pendientes de los juegos del otro, para ver vías de oportunidades en caso de que se vean las caras. Recordemos que el español venció al serbio en la final de Wimbledon. ¡Un partidazo!

Además, Nole llega a Estados Unidos superando por dos finales a la suma de los demás participantes del US Open. Otros 10 tenistas ya saben lo que es estar en un partido decisivo de un Grand Slam y todos ellos suman 33.

Ahora, hay participantes como Taylor Fritz, Jannik Sinner, Casper Ruud, Alexander Zverev, Andrey Rublev y Frances Tiafoe, que buscan a toda costa conseguir su primer major, es hora de que coloquen su nombre en lo más alto del deporte. Sin embargo, tienen que tener mucho cuidado, porque este certamen no está exento de sorpresas como le sucedió al danés Holger Rune, número cuatro del ranking mundial de la ATP y perdió en primera ronda con el iberico Roberto Carballés que llegaba como víctima. Algo similar sucedió con Stefanos Tsitsipas, quien perdió en segunda ronda, ambos decepcionaron totalmente.  

Pero es precisamente lo que hace maravilloso a este campeonato, las cenicientas, los que no tienen los reflectores y brillan como nadie. Los fanáticos de este bello deporte nunca olvidarán cuando en 2009, el argentino Juan Martín del Potro no lucía entre los candidatos para llevarse el trofeo y enamoró a todos ronda tras ronda hasta llegar a la final y ganarle a Su Majestad Roger Federer. La Torre de Tandil hizo explotar a La Gran Manzana.

Lo que ofrece esta disciplina y la competición es demasiado, es un deleite sin nombres. Como espectador sólo tienes que sentarse y disfrutar cada partido, cada punto, cada gesto, porque de eso se trata.

El tenis es alegría, La ciudad que nunca duerme está paralizada, es el último Grand Slam del año y simplemente queda vivirlo de inicio a fin.

POR MARIANO TORRES

COLABORADOR

@MARIANOTORRESH

MAAZ