AGENDA LEVANTINA

Crisis política en Israel y Sinéad O’Connor

El ícono del pop culpó a Ben-Gvir de las amenazas de muerte que la llevaron a retirarse de un concierto a favor de la paz en Jerusalén, en 1997

OPINIÓN

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Marta Tawil / Agenda Levantina / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El 24 de julio, la coalición del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu aprobó una nueva ley que impide que la Suprema Corte invalide una decisión del gobierno según su "razonabilidad". 

En la misma semana, el Parlamento de Israel ratificó, con mayoría, una ampliación de la llamada Ley de Comités de Admisión, promulgada en 2010 para eludir un fallo del Tribunal Superior de Justicia que prohibía a las comunidades cooperativas arrendar tierras sólo a judíos. 

Los socios de coalición de Netanyahu, quienes le dieron los votos que necesitaba el lunes, son fundamentalistas ultraortodoxos, extremistas nacionalistas y racistas manifiestos. Entre ellos se encuentra Itamar Ben-Gvir, quien en 2008 fue condenado por un tribunal israelí por incitación al racismo y que fue culpado por Sinéad O’Connor, el ícono del pop irlandés, de las amenazas de muerte que la llevaron a retirarse de un concierto a favor de la paz en Jerusalén en 1997, cuando Ben-Gvir tenía sólo 21 años. 

"Dios no recompensa a quienes traen terror a los niños del mundo", escribió O’Connor a Ben-Gvir, después de que el futuro ministro de Policía se regodeara de haber forzado la cancelación de su concierto en Jerusalén en 1997. 

El gobierno de Netanyahu en el que participa Ben-Gvir ha tomado varias decisiones que presagian la anexión total de Cisjordania, territorio poblado por 3.3 millones de palestinos, ocupado desde 1967 por Israel, donde los asentamientos israelíes se han multiplicado a lo largo de los años bajo gobiernos encabezados también por el Laborismo. Ahí en Jerusalén, O’Connor había programado participar como parte de un festival titulado "Compartir Jerusalén: dos capitales para dos Estados". Ese compromiso de O’Connor con los derechos humanos no era el primero: ya en 1991 se había negado a asistir a la ceremonia de los Grammy en protesta contra la Guerra del Golfo. 

La derogación del estándar de razonabilidad que limita al Poder Judicial es grave, en tanto en Israel los tribunales son la única restricción sobre el poder del gobierno (ya que no hay una segunda Cámara, ni una Constitución). 

Por su parte, la Ley de Comités de Admisión es igual de antidemocrática y peligrosa y, sin embargo, contrasta la total indiferencia pública ante su aprobación. Sería de esperarse que los manifestantes israelíes, que durante 30 semanas seguidas han llenado las calles en números colosales contra la ley que coarta al Poder Judicial, llamaran al Tribunal Superior a rechazar también la otra ley, considerando que el llamado a una práctica democrática no puede instalarse de manera de antemano parcial. 

O’Connor murió el miércoles 26. Su voz queda sumada a un historial de protestas, discusión sobre la representación y la advertencia de que la participación política no reposa jamás en la apatía y requiere reflexión permanente.

POR MARTA TAWIL

IINVESTIGADORA DE EL COLMEX

LSN