En Morena se manejó una estrategia similar a la del viejo PRI, con una diferencia, antes el candidato surgía del “dedazo presidencial” que acuñaban los sectores —campesino, popular y obrero—, y después venía lo que se llamó “la carga de los búfalos”; todas las fuerzas políticas del país se volcaban de manera casi unánime a favor del “destapado”.
Sin embargo, en Morena primero fue la “cargada”, se manipuló a los gobernadores, a los militantes, a los siervos de la nación, a la Secretaría de Bienestar, como lo denunció el mismo Marcelo Ebrard y, después, vinieron “las encuestas”, que evidentemente ya estaban decididas. Todo indica que la candidata de Morena a la Presidencia de la República será la doctora Claudia Sheinbaum Pardo.
En el Frente Amplio por México todo parecía que estaba preparado para que Santiago Creel fuese el candidato; la inesperada aparición de Xóchitl Gálvez “cambió la brújula” y Creel —caballero como es— en un pacto que tuvo con ella declinó en su favor. Lo mismo sucedió en el PRI, con elegancia y congruencia, Enrique de la Madrid se retiró al no alcanzar el porcentaje de las encuestas, después de haber obtenido más de 150 mil firmas; Beatriz Paredes —magnífica oradora, política de larga experiencia y de personalidad indiscutible— surgió como la más destacada abanderada de ese partido.
No obstante, más allá de los debates —donde Beatriz ha lucido—, las encuestas de opinión pública y la opinión de los comentaristas, se han inclinado ante la fresca presencia de una guerrera que lucha —y luchará— por la victoria, Xóchitl Gálvez. Lo más probable es que Xóchitl sea la candidata del Frente Amplio, y ya agregó a sus filas al PRD y negocia con Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, para atraerse votos, seguramente a cambio de que el Frente apoye al candidato a gobernador de esa entidad que decida el propio Alfaro.
La suerte está echada, todo está listo para el resultado de las encuestas y, muy pronto, empezará la verdadera campaña presidencial, que todo indica será reñida, interesante y competitiva.
El gran problema que surge en el horizonte es la intervención siniestra del crimen organizado y la posibilidad no descartada —ya lo vimos en las elecciones del 21— que se desate una violencia que a todos nos afectará.
La democracia exige respecto a las instituciones, a la certeza jurídica y a la imparcialidad.
Finalmente, lo que debe importar es conservar la paz entre los mexicanos y la tranquilidad de la República.
Los otros precandidatos de ambas fuerzas políticas tendrán acomodo en el Congreso de la Unión y, en su caso, en posiciones del alto rango en la Administración Pública: Monreal puede ser candidato a la Ciudad de México; Marcelo Ebrard coordinador de Morena en el Senado; y, Adán Augusto López, coordinador en la Cámara de Diputados. Si triunfara la Alianza por México, Creel puede ser el secretario de Seguridad Pública o Coordinador en el Senado; Enrique de la Madrid, coordinador de la Cámara de Diputados; Beatriz Paredes reelecta en el Senado y posible secretaria de Relaciones Exteriores. Los perredistas, los petistas y los del Verde, también tendrán su premio de consolación.
En cualquier caso, tendremos un poder dividido que puede darnos mejores equilibrios, para que no se destruya el sistema democrático que, con todas sus deficiencias y errores, hoy tenemos en nuestro país. La sucesión está decidida.
POR ALFREDO RÍOS CAMARENA
CATEDRÁTICO DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNAM
PRESIDENTE DEL FRENTE UNIVERSITARIO LATINOAMERICANO (1958-1962)
VICEPRESIDENTE DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE GEOGRAFÍA Y ESTADÍSTICA
MAAZ