DESDE AFUERA

Inseguridad, a cuenta del gobierno

Ya hace una década los especialistas hablaban de una "insurgencia delictiva", en la que los criminales buscan el control de su entorno y seguridad

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Para bien o para mal, la seguridad es hasta ahora el gran fallo del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, que se acumula a los fracasos de regímenes anteriores sobre el mismo problema.

Nadie esperaba milagros y a veces el propio mandatario se queja de que la información se contrapone a su versión, aunque la defienda a ultranza y frecuentemente la contraste con lo que sus predecesores hicieron o dejaron de hacer.

Es comprensible. Pero el Presidente asumió la responsabilidad cuando recibió la banda presidencial.

Estadísticamente, el número de asesinatos ha ido en reducción, hasta 9.2% en 2022, respecto a 2021, y se espera que la tendencia siga. A cambio, la presencia de los grupos de crimen organizado ha ido al alza, y si hace cinco años se hablaba de 30 o 40% del territorio, estudios recientes hablan de hasta 80%.

De acuerdo con Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad Pública, ha habido una baja considerable en cuanto a delitos, 24.2% en los de fuero federal, de 19.9% en homicidios dolosos y, julio de 2023, ha sido el mes con menos problemas desde 2018. 

Pero la visibilidad es creciente, tanto por los medios tradicionales como por redes sociales.

El hecho es que ya hace una década los especialistas hablaban de una "insurgencia delictiva", en la que los criminales buscan el control de su entorno y seguridad, primariamente frente al Estado, y los problemas de este para contenerla. 

Lo cierto es que la evidencia, factual y anecdótica, consigna que la actividad criminal llegó a lugares en los que ya no se hablaba de ella o no había sido detectada.

Es cierto que en muchos casos son delitos cometidos por elementos que usan el nombre de los cárteles para extorsionar, secuestrar, asaltar y lesionar o asesinar. Pero también que las denuncias ante las autoridades son tan inútiles ahora como lo fueron bajo otros regímenes. 

La violencia delincuencial parece asociada a la marca-país, como demuestran los reportes que identifican o pretenden reconocer su presencia en situaciones de violencia, delictiva y aún política en otros países de América Latina y el Caribe.

¿Puede sorprender a alguien que mucha de la violencia en otras naciones de la región sea atribuida a la influencia de los cárteles mexicanos? 

Lo cierto es que en algunas partes de México los cárteles parecen haber establecido sus propias reglas, incluso sus propios retenes de vigilancia, paralelamente al Estado mismo. 

Los expertos afirman que una de las razones del incremento de delitos es el parcial éxito gubernamental en decapitar a los grupos mayores. La estrategia llevó a luchas de poder y al nacimiento de bandas más pequeñas y violentas. 

Según estudios académicos, las organizaciones criminales más establecidas prefieren negociación y reglas claras.

Cualquiera que sea el caso, el problema es que la violencia y la delincuencia parecen abrumadoras. 

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM

@CARRENOJOSE1

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