La Encuesta Nacional de Ingreso Gasto de los Hogares (ENIGH 2022), demuestra el fracaso de la política social del gobierno para combatir la pobreza y, al mismo tiempo, confirma la eficacia de su política clientelar, enfocada a mantener la narrativa de polarización y el control cautivo de amplios sectores de la población. El estudio socio demográfico confirma que la perversión de los programas sociales genera mas pobreza y amplía la brecha de desigualdad entre los mexicanos que menos tienen y los de mayores ingresos.
Tan pronto el INEGI dio a conocer los resultados, los voceros del gobierno festejaron el aumento del 11% en los ingresos trimestrales de los hogares con respeto al 2020. Pero hicieron mutis respecto a la pérdida del poder adquisitivo y al incremento del gasto en medicinas y servicios de salud. En los últimos cuatro años el gasto en salud aumentó en 30.9%, debido al desabasto de médicamentos y la falta de atención médica y hospitalaria.
De acuerdo con el artículo 36 de la Ley General de Desarrollo Social, la carencia por acceso a servicios de salud es uno de los indicadores para la medición multidimensional de la pobreza. La cancelación del Seguro Popular, el asalto al fondo para enfermedades catastróficas y el fracaso del INSABI, hoy tiene a más de 37.5 millones de mexicanos sin acceso a servicios de salud, con un aumento del 12% respecto al 2020.
Con todo, en materia de salud lo más triste aún no está cuantificado, como el costo del dolor humano evitable y los cambios significativos en el perfil epidemiólogo o de la población, ocasionado por el abandono del sistema de vacunación, el desabasto y la falta de inversión en salud, con efectos previsibles que se observarán en los próximos años.
Otro dato no comentado es el aumento de la brecha salarial entré hombres y mujeres, la cual aumentó en un 13% con respeto al 2020. A pesar del incremento de la participación de la mujer en las actividades productivas, sus ingresos son 30% más bajos que el ingreso de los hombres.
La ENIGH confirma que política social de este gobierno es absolutamente regresiva y clientelar. De cara a las elecciones del próximo año, sus objetivo es mantener el control político de la población más pobre. Por mencionar uno de los programas estrella, el gasto en adultos mayores ha crecido exponencialmente en apoyo a los adultos mayores ubicados en los deciles más altos de la población. Y lo mismo sucede con las becas para estudiantes, ya que los apoyos han disminuido en los alumnos con los ingresos más bajos.
Como si se tratara de mundos diferentes, el gobierno ha festinado, con una mezcla de cinismo y surrealismo, el fin de la pobreza y el éxito rotundo de su política clientelar; la narrativa oficial intenta expresar, con otros datos, al margen de cualquier evidencia racional y preocupación moral, el triunfo de su transformacion. Lo cierto es que la propia encuesta confirma el aumento de la desigualdad y la concentración del ingreso en los hogares más ricos, que hoy tienen ingresos quince veces más altos que los hogares más pobres.
El fracaso de la política social del gobierno es uno de los motores del cambio. Frente al legado de pobreza y desigualdad, es preciso elevar la propuesta y el compromiso de la oposición para garantizar un gobierno de coalición que trabaje para que nadie se quede atrás.
POR MARCO ADAME
ANALISTA Y CONSULTOR POLÍTICO
PAL