COLUMNA INVITADA

Normalización de la violencia y pocas soluciones

En el momento en que la sociedad mexicana normalice la intensa violencia que se vive en todo el país

OPINIÓN

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Ignacio Anaya Minjarez / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

En el momento en que la sociedad mexicana normalice la intensa violencia que se vive en todo el país, será demasiado tarde para buscar una solución viable y no radical frente a este gran problema. La tragedia de Lagos de Moreno se propagó por todos los medios gracias a un video que la gente vio por diversas razones; el morbo, probablemente, fue una de las principales. Al escribir “Lagos de Moreno” en el buscador de Google, inmediatamente aparece como primera sugerencia la frase “Lagos de Moreno video”. Eso indica que muchos lo hanbuscado.

La violencia atraviesa todo el país y, en ocasiones, se convierte en uno de los principales consumos informativos que la gente encuentra, lo desee o no. Esa es la realidad de México: la relación de la sociedad con los hechos violentos ya no es solo de afectación y sufrimiento, también es de consumo. Se manifiesta a través de diversas expresiones culturales y sociales. Sin embargo, es difícil determinar el origen real del problema. ¿Se reduciría el narcotráfico si tuviera menos difusión? ¿Disminuirían las masacres y asesinatos si los narcocorridos desaparecieran? La respuesta es no; la normalización de estos actos y el verlos en todas partes son solo síntomas de un fenómeno más amplio.

Las raíces de este problema están profundamente incrustadas en la historia, la política, la economía y la cultura del país. Los tentáculos de la violencia no provienen únicamente de la competencia por controlar territorios entre diferentes cárteles de droga, sino también de la falta de oportunidades, la pobreza y la corrupción que ha permeado muchos niveles de la administración y la justicia.

La glorificación de la violencia y del narcotráfico a través de la música, las series y las películas se ha convertido en un reflejo de la realidad de muchos y, al mismo tiempo, en una aspiración para otros. Es un arma de doble filo: por un lado, es una forma de expresar el rechazo y la desilusión hacia la situación actual; y por otro, se convierte en el anhelo varios jóvenes que ven en ello una salida a sus problemas económicos y sociales.

México es un lugar donde los sueños y esperanzas de muchos se ven frustrados por la falta de oportunidades y una educación limitada en calidad. El camino de la delincuencia y el narcotráfico se presenta como una alternativa atractiva. Por ello, no es suficiente con silenciar los medios o censurar ciertas expresiones culturales. Se requiere un cambio estructural profundo que aborde las raíces del problema.

POR IGNACIO ANAYA

COLABORADOR

@Ignaciominj

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