PORTAZO

La repentina sordera presidencial

Al señor jefe del Estado le vendría bien una poca de seriedad, un comportamiento de altura y estatura acorde con su proclamado respeto por la investidura

OPINIÓN

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Rafael Cardona / Portazo / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Se le atribuye al empresario Richard Rhodes (1842-1902) la patente del audífono para el sordo. Eso ocurrió en 1879.

Desde entonces, mucho han avanzado estos dispositivos, algunos ya en miniatura, por los cuales los “duros de oído” pueden escuchar sin necesidad de contar chistoretes pretendidamente humorísticos como hizo nuestro señor Presidente, quien, a sus quebrantos de salud ya conocidos, agrega ahora la anacusia. Cierta o no.

Pero lo más grave de esta repentina sordera no obstante la cual puede escuchar de todos modos a Chico no ha sido su discutible sentido del humor, sino su pésima oportunidad. Y lo más grave: la diatriba contra quienes nos dimos cuenta y resultamos ahora culpables de una más de las conjuras contra su augusta persona.

Revisemos.

La pregunta a gritos, dijo él un día después sobre los jóvenes secuestrados y asesinados en Jalisco, no se escuchó. ¿Y si no la escuchó, cómo supo de los gritos, de todos modos, inaudibles? Misterio. Le habrá dicho “Chuchito”. 

Pero al día siguiente su reacción fue de altísima indignación:

“…quiero aclarar lo de ayer, que dio pie a una burda manipulación. Ya no saben qué hacer estos corruptos y sus voceros. Ayer, como a ustedes les consta, al final de la conferencia, ya cuando habíamos terminado, empezaron a gritar y no escuché nada, nada; tan es así, que por eso conté ese chiste.

“Y sin ningún fundamento, de manera perversa, sostuvieron todo el día de ayer en la prensa vendida y alquilada de que yo me había burlado cuando me preguntaron sobre los jóvenes que asesinaron, desaparecieron en los Altos de Jalisco. Toda una mentira, una infamia”.

¿Esto es una infamia y una mentira? Son sus palabras: 

“Ayer me decía un amigo, me decía que le decía su esposa:

—Que me des 200 pesos para ir al mercado.

—No oigo. Por acá, por el otro.

—Que me des 500 pesos para ir al mercado.

—Mejor los 200.

“Bueno, adiós”.

Ah, pero en la autodefensa se manipula:

“…Ellos son capaces de todo, yo no. No somos iguales, yo tengo principios, tengo ideales, soy un hombre de sentimientos, no me puedo burlar del dolor, de la desgracia de los demás, nunca lo he hecho, por eso quería iniciar esta conferencia de esa forma.

¿Quiénes son los que le dieron vuelo a esta calumnia?

Los mismos de siempre, los que pertenecen al bloque conservador.

“Una aspirante a la Presidencia, corrupta (Claudia no; la otra); otros aspirantes corruptos, y desde luego, los representes de los gobiernos neoliberales o neoporfiristas, representantes de la oligarquía, y todos los medios, con honrosas excepciones; desde luego, el Reforma, Joaquín López-Dóriga, etcétera, etcétera, no los voy a mencionar.

“Nada más aclarar eso. No tengo por qué ofrecer disculpas, porque sencillamente fue un invento (no fue un invento, fue un chistecito arrepentido).

“Y estamos atendiendo el tema lamentable del asesinato de estos jóvenes, pero vienen algunos aquí a buscar las podridas y, cuando no las encuentran, las inventan”.

Pero mientras eso sucede, Morena se le sale de control. Pleitos por la intromisión del gobierno en el tiempo prelectoral ( ¿cómo ira a ser cuando ya formalmente comience la campaña?); disputas por las encuestadoras y una fórmula de cada vez menor eficacia: culpar de todo a los medios, a los conservadores, a los racistas, a los etc., etc.

Ya Chole, ¿No? Al señor jefe del Estado le vendría bien una poca de seriedad, un comportamiento de altura y estatura acorde con su proclamado respeto por la investidura, aunque todos sepamos cómo la confunde con un “bastón de mando”, cuyo dominio promete trasladar en este mes de septiembre a su candidato (a) designado (a) cuya elección se comienza a complicar, mientras uno a uno le van brotando problemas en una circunstancia cada vez menos sujeta a su control. Pero de eso hablaremos en otra ocasión.

POR RAFAEL CARDONA

COLABORADOR

@CARDONARAFAEL

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