COLUMNA INVITADA

La tecnología no toma vacaciones

El que busca encuentra y yo encontré a Verónica Pérez, presidenta de Dow Región Norte de América Latina. Ella es ingeniera química por la UNAM y hace valer su voz y liderazgo en una industria en la que no caben las mujeres

OPINIÓN

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Óscar Sandoval / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El nearshoring está sucediendo, la clave está en que no nos conformemos con los anuncios o cifras de inversiones “comprometidas”, sino que trabajemos en superar nuestro potencial. El #Blindspot de la semana está en voltear a las industrias que están en todas las cadenas de valor y una de ellas es la química.

En este espacio estamos obsesionados por evitar que el momento que vive México gracias a la relocalización se quede en la maquila de los ochenta y, en cambio, seamos un verdadero integrador de cadenas de producción.

La obsesión tiene origen en que cada vez que pregunto a los tomadores de decisiones sobre cómo superar el potencial, me contestan señalando las inversiones están llegando y aunque les insistas, poco se atreven a hablar del tamaño real de la oportunidad. Peor aún, si los cuestionas sobre qué se necesita para que vengan más, se limitan a repetir incansablemente que energía e infraestructura, como si decirlo construyera carreteras y, además, nos destina a ser repetidores de procesos productivos o maquiladores.

El que busca encuentra y yo encontré a Verónica Pérez, presidenta de Dow Región Norte de América Latina. Ella es ingeniera química por la UNAM y hace valer su voz y liderazgo en una industria en la que no caben las mujeres.

No titubea en señalar dos cosas: primero, a pesar del aumento anual de 1.5% en la demanda de productos químicos en México, la oferta ha caído en 3.4% en la última década. Segundo, si nuestro país quiere hacer la diferencia en la oportunidad que tiene por la relocalización tiene que darle valor a la ciencia para no quedarnos en la maquila.

La contundencia no es casualidad. Esta semana cumple un año el Inflation Reduction Act (IRA) de Biden que da una nueva visión a la política industrial que está íntimamente ligada a la industria química; lo que cobra mayor relevancia si observamos que EE. UU. está invirtiendo en sí mismo (503 mil millones de dólares contabilizado en Investing in America).

Así, mientras en México invertimos en presente inmediato con olor a pasado (refinerías), lo que el mercado está demandando es investigación y desarrollo en estas tecnologías alternas. Estados Unidos y Canadá lo están haciendo, nosotros vamos tarde y con ello acentuamos la asimetría.

Estos hechos dejan en evidencia cuál es la verdadera transformación que consiste en pasar de productos químicos producidos por petróleo a tecnologías para hacer una transición. Este es el verdadero potencial de la regioglobalización y el nearshoring y solo tendrán éxito quienes, como Dow, lo entiendan y ejecuten a pesar de gobiernos y realidades políticas.

Está claro, México no está respondiendo al aumento de la demanda de productos químicos y menos a la de aquellos producidos con tecnologías alternas a la del petróleo por muchos motivos, pero uno clave es la Cofepris paralizada por el fentanilo y sin entender la importancia de los precursores químicos para poder desarrollar nuevas tecnologías en industrias transversales como la química. Aquí una preocupante fuga de potencial para el nearshoring.

Tres preguntas clave: ¿cuál es la agenda de la ANIQ para potenciar el nearshoring vía la industria química? ¿Quién de los aspirantes le entiende a esto? ¿#EsClaudia #AhoraEsAdan, Marcelo o Xóchitl? Anticipo la respuesta, ninguno, pero les da igual, ya tendrán más libros de texto gratuitos para justificar porque México está dejando pasar la oportunidad.

POR ÓSCAR SANDOVAL SAENZ
CONSULTOR, SOCIO DE 27 PIVOT
OSANDOVALSAENZ@27PIVOT.COM
@OSANDOVALSAENZ

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