APUNTES DE GUERRA

Estadísticas, estadísticas, y más estadísticas

Tremenda ironía que el presidente de los “otros datos” y el rechazo a las instituciones del periodo neoliberal porte ahora, con merecida satisfacción, la medalla de la mayor reducción de la pobreza en México en los últimos 18 años

OPINIÓN

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Gabriel Guerra / Apuntes de Guerra / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Todo se puede demostrar con cifras. Esa es la premisa de la famosa frase, atribuida por igual a Benjamín Disraeli que a Mark Twain, de que existen tres tipos de mentiras: las mentiras a secas, las mentiras descaradas, y las estadísticas. Ingeniosa -y cierta- la cita no le cae muy en gracia a los economistas, a pesar de que ellos suelen ser los primeros en recurrir a la práctica de demostrar el punto que quieran recurriendo de manera selectiva a los números.

En México estamos acostumbrados a desconfiar de la información que proporciona el gobierno, y para contrarrestar ese justificado escepticismo se ha venido construyendo un andamiaje institucional que emita información de interés público de manera periódica, confiable y comparable. Las aportaciones en ese sentido del INEGI y del CONEVAL son invaluables por su probada confiabilidad y porque han sabido resistir lo mismo las presiones que los cantos de las sirenas de los gobiernos en turno. Y vaya que las han tenido.

No obstante los intentos por disminuirlos, ambos organismos resisten, perseveran y siguen aportando información de enorme valía, lo mismo para las políticas sectoriales que para las de desarrollo social. Las que se acaban de presentar acerca de la pobreza en México son un inmejorable ejemplo: 

Contra muchos de los pronósticos, en los últimos años hay una notable disminución de la población mexicana viviendo en pobreza, tanto en números absolutos como en porcentaje del total. El único antecedente comparable en este siglo se dio en el sexenio de Vicente Fox, bajo circunstancias notoriamente distintas, y en tiempos anteriores en el periodo de Carlos Salinas de Gortari. Por paradójico que parezca, esos tres presidentes tan disímbolos lograron impactos muy relevantes en el combate a la pobreza, que lamentablemente no tuvieron, en el caso de los dos primeros, el seguimiento y continuidad necesarios.

Si bien aumentaron otras carencias, la de acceso a la salud como la más notoria y preocupante, es de aplaudirse que políticas públicas demuestren su eficacia en un tema tan lacerante como el de la pobreza. Con todo y la disminución de más de siete puntos porcentuales de 2016 a 2022, el 43.5% de los mexicanos vive en situación de pobreza, mientras que un 29.4% lo hace en algún tipo de vulnerabilidad social, un aumento de cuatro puntos.

Con todo, si consideramos factores externos o extraordinarios como la pandemia, la guerra en Ucrania o el repunte inflacionario global, el balance es positivo y ayuda a explicar los niveles de aceptación y popularidad del presidente López Obrador y las buenas perspectivas electorales de su partido de cara al 2024.

Tremenda ironía que el presidente de los “otros datos” y el rechazo a las instituciones del periodo neoliberal porte ahora, con merecida satisfacción, la medalla de la mayor reducción de la pobreza en México en los últimos 18 años. 

Gracias a quienes nos demuestran que las estadísticas no siempre son como las mentiras. 

 

POR GABRIEL GUERRA
COLABORADOR
GGUERRA@GCYA.NET
@GABRIELGUERRAC

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