POLÍTICA PARA A´MAR

El sistema educativo: la portada de la sociedad

Cuando el modelo educativo del país se transforma con la ideología de un nuevo gobierno

OPINIÓN

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Marlene Mizrahi / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Aún recuerdo cuando, de niña, me emocionaba con las portadas de los libros de texto que recibía de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Me gustaba cubrirlos con sus forros a la medida y tener un cuaderno por materia con su propio color. 

Tuve clases, libros y cuadernos por asignaturas como: matemáticas, español, geografía, etc. 

Casi siempre, el docente basaba sus clases en el contenido de esos libros de los que a mí me gustaba su exterior. 

En ese entonces nunca paré a pensar: ¿quién y cómo se elige la forma y el contenido de lo que estudiamos? 

El que estudié, fue un sistema que, desde  2016, con la reforma al artículo tercero constitucional, cambió las disciplinas por “fases”. 

Esto resuelve esa pregunta inicial: ¿cómo se determinan nuestros estudios? 

En primer lugar, está el Poder Legislativo. De forma conjunta, como casi todo en la sociedad, la implementación de los modelos educativos depende de un statu quo, es decir, de un orden establecido que se basa en cómo históricamente se han venido haciendo las cosas. 

Uno que, desde su llegada, el gobierno actual ha buscado transformar. El cuestionamiento del statu quo es parte de lo que una sociedad necesita para evolucionar. A veces es sutil y, en otras, como lo vivimos ahora, radical.

Esto significa que todos los modelos educativos tienen ideología. De acuerdo con ello, el proyecto diferente de nación planteado por el Presidente se traduce a un plan de estudio y una idea de trabajo en las aulas. 

Uno que busca poner en el centro a la comunidad.

En dicho sentido se pretende que docentes, padres y niños incorporen a la tarea escolar diaria su conocimiento comunitario. Se trabaja por proyecto y, al hacerlo, no existe un libro exclusivo de matemáticas, español o cualquier otra asignatura.

Nueva Escuela Mexicana es el nombre de este inédito modelo educativo que ha reestructurado la enseñanza en cuatro campos formativos. Cuenta con un programa sintético que se divide por fases ­–las comentadas al principio– y luego por grados. 

Las primeras se refieren a periodos de formación donde el niño desarrolla ciertos aprendizajes y en los segundos los fortalece.

El cambio asusta, pero no siempre es malo. 

Hay que saber que para la realización de este modelo se recurrió a la historia de la pedagogía mexicana y no hay otros ejemplos en el mundo. 

Junto con esto, expertos han criticado que se hayan realizado los libros sin definir los campos de estudio. 

Indican que esto no deja espacio para trabajar sistemáticamente las distintas disciplinas y tampoco están muy adecuados a las edades. 

Además, no fueron consultados ni revisados por especialistas, ni pasaron por pruebas piloto antes de ser aprobados, por lo que tienen varios errores.

Hay que esperar a ver cómo resulta esta portada de cuatro nuevos colores. 

La emoción se confunde con ansiedad.

POR MARLENE MIZRAHI

COLABORADORA

@MARLENEMIZRAHI

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