MUJERES, S.A.

El amor en la era de la equidad

Una pareja en la que no hay una división equitativa de los trabajos de cuidado, requiere de un replanteamiento que permita el desarrollo profesional compartido

OPINIÓN

·
Claudia Luna / MUJERES, S.A. / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Desde ciertas corrientes de la teoría feminista, es anatema tocar temas de pareja, pero la elección de compañero(a) tiene una consecuencia inescapable en el tránsito de las mujeres por la vida profesional, así que hay que tener esta conversación.

Hace algunas semanas, domingo lluvioso y whisky en mano, algún recuerdo remoto me sacó de lo cotidiano y mi mente voló a una noche en particular, a una conversación en especial, que sigo reinterpretando.

A mis 25 años, tenía planeado comerme el mundo a puños y en esa misión, la cuestión del compañero de viaje era más bien una opción difusa. Ese día, mi compañero era uno y era amado y a la mitad de la cena, casi sin querer dijo: “tengo la mala suerte de estar enamorado de ti, porque yo quiero casarme con una mujer y tú has decidido vivir tu vida como un hombre”. A toro pasado, debí haber pedido algún tipo de aclaración, pero estaba muy ocupada tratando de controlar la ira cegadora que tomaba control de mi cuerpo, entre otras cosas, por sentirme tan sexy como un leñador. Ese momento marcó el fin de esa historia y el principio del experimento de encontrar a mi cómplice de vida.

¿Qué es vivir mi vida como un hombre? Como lo entiendo hoy, es la expectativa no cumplida de la domesticidad tradicional: inaceptable que el centro de mi atención, de mis horas, fuera mi profesión, de manera permanente y no temporal (MMC). Impensable tomar decisiones de vida por mí misma.  Impensable vivir por mis propios medios y seguir mi propio consejo. La disminución del impulso laboral por cuestiones de casa, debía ser unilateral y por rol de género, necesariamente mía. Ninguna de estas propuestas me parecía, ni me parece atractiva. Una pareja que no es una sociedad entre iguales no presenta ninguna ventaja para una mujer actual. Una pareja en la que no hay una división equitativa de los trabajos de cuidado, requiere de un replanteamiento que permita el desarrollo profesional compartido.

Es mi esperanza que las mujeres ya no vivan los escenarios que enfrentamos en mi generación. Que todos hayamos aprendido que la realización del otro en todos los aspectos, trae crecimiento y expansión a la relación también. Que la independencia económica crea lazos más profundos que la dependencia, y que el talento no tiene género ni rol. Es mi esperanza también que las mujeres sepan la importancia de elegir al socio(a) de vida adecuado. Porque aunque siempre podremos solas, sí es más divertido compartir la travesura.

POR CLAUDIA LUNA 
DIRECTORA JURÍDICA / FUNDADORA DE THINK PINK MÉXICO 
@CLAUDIALUNAHDZ

PAL