Se prometió y se sigue prometiendo un sistema de salud como el de Dinamarca, sin embargo se recortó el presupuesto para construirlo. Y se inició un retroceso. Esto desde antes de la pandemia, pero se agudizó con la misma y continúa agudizándose. La 4t sacrificó al sistema de salud y con ello la salud de los mexicanos.
La población sin seguridad social en nuestro país pasó del 15 al 28% entre 2020 y este año. En paralelo, el presupuesto para atender a la población que sí está cubierta bajó un 7% (esto de acuerdo con un estudio del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria a partir de datos del INEGI y de la Secretaría de Salud).
Al respecto uno puede preguntarse: ¿acaso partíamos de un presupuesto sobrado? La respuesta es no. De hecho, mientras a nivel mundial se recomienda una inversión mínima en salud de al menos tres puntos del PIB, en nuestro país ese gasto —ahora centralizado en el IMSS Bienestar— representa solamente el 0.81 por ciento del PIB nacional. Cierto, durante este sexenio —en el año 2020– llegó a un 0.95%, pero en sexenios pasados alcanzó el 1% en promedio (lo que no deja de ser raquítico).
Se trata de personas de carne y hueso, de seres humanos que no reciben la atención médica necesaria, de un sistema que no cuenta con medicinas y tratamientos suficientes y de una situación depauperada para los empleados del sector salud.
El descontento del personal médico está presente y se ha palpado en diversos momentos de la actual administración; desde la falta de seguridad para ellos al atender a los infectados de covid (particularmente al inicio de la pandemia), pasando por la afrenta que ha significado la contratación de médicos cubanos, hasta la incertidumbre de las condiciones de trabajo del personal médico de las secretarías de salud en diversos estados al pasar a formar parte del IMSS Bienestar (el gobierno federal sostiene que podrá cubrir a unos 70 millones de mexicanos sin seguridad social vía IMSS Bienestar); además de ser testigos del insuficiente presupuesto y mala estrategia destinados a la atención de enfermos.
Y en ello hay un abanico de faltantes: goteras en los quirófanos, techos desvencijados, puertas zafadas, hospitales sin aire acondicionado, escaso material quirúrgico y una larga lista que debería prender todas las alarmas en la administración federal. Pero en cambio solo se obtiene una doble respuesta: ahora sí tendremos un sistema de salud como el de Dinamarca y las obras insignia de Andrés Manuel llevan prioridad. Dos Bocas, Tren Maya, AIFA… obras faraónicas que no generarán el retorno beneficio para poder invertir en las necesidades básicas de salud que el gobierno debería brindar.
Los otros datos, esos que padecen millones de mexicanos de manera diaria, muestran una realidad que más se asemeja a una tragedia inglesa (en Hamlet, un príncipe danés; todos terminan muertos). Pero en México, la tragedia real se llama ‘gasto de bolsillo’, y es lo que las personas tienen que gastar para comprar medicinas y recibir atención médica que se supone cubría su seguridad social. Este gasto de bolsillo se incrementó un 40% del 2020 a la fecha. Solo ese año, el 71% de los derechohabientes del IMSS no pudieron atenderse por falta de citas.
El sistema de salud en México es uno de los más caros del mundo. Hagamos cuentas: se pagan impuestos con los que se costea al sistema público de salud (hoy IMSS Bienestar); se paga contribuciones al IMSS (las aportaciones del trabajador —y la parte del patrón, así como del gobierno—) a partir de nuestras contribuciones fiscales; ahora, además, se tiene que pagar la salud privada…
Mientras el sistema de salud se desmorona, el subsecretario Hugo López-Gatell (que, seamos francos, prácticamente despacha como titular) nada informa al Congreso de la Unión, pues los legisladores de la 4t bloquean cualquier solicitud para que se presente a rendir cuentas. Eso sí, en la sesión del Consejo de Morena fue elegido redactor del sector “Salud” de la plataforma y proyecto de nación para el 2024-2030. Ya se podrá usted imaginar su propuesta…
POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
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@MALOGUZMANVERO
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