Dicen que la historia de un país la narran los ganadores, y tal parece que el gobierno federal se ha tomado muy en serio ese dicho, tanto que además de cambiar el nombre a calles, estaciones del Metro y Monumentos, ahora quiere reescribir los acontecimientos históricos en los libros de texto.
Sin importar nada, este gobierno ha modificado los libros de texto gratuito, con el propósito de hacer una manipulación política e ideológica entre los alumnos de educación básica, muy a la callada, sin que casi nadie lo sepa. Parte de esas modificaciones incluyen ensalzar al actual gobierno, se habla de la cuarta transformación, del fraude que se cometió en contra de Andrés Manuel López Obrador para quitarle el triunfo presidencial y dárselo a Felipe Calderón.
Pero no sólo eso existen una larga lista de quejas por la información parcial, sesgada, poco rigurosa y carente de seriedad didáctica, lo que convierte en dichos libros en instrumentos propagandísticos, más que en educativos.
Por muchas razones es que ese material no puede salir a las aulas. Primero porque busca adoctrinar a las infancias que se encuentran en las escuelas públicas, con un discurso único donde claramente el actual gobierno es el bueno, el héroe y el artífice de los logros del país.
Sin embargo, en un país donde la educación tiene tantas deficiencias y poca excelencia, estos textos se pensaron más para elogiar a un gobernante y satisfacer sus egos que para formar una generación realmente informada y crítica.
Por supuesto que México, y la ciudad han vivido un proceso democratizador en el que muchos actores han participado, pero debe quedar claro que eso no ocurrió hace 5 años, ni es obra del presidente, sino de generaciones donde estaba hombres como Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Manuel Clouthier, Rosario Ibarra, Carlos Castillo Peraza y otros más.
Si se trata de reescribir la historia, ésta debe ser a partir de un estudio real y formal, a cargo de especialistas, en donde se demuestre que todo lo que sabemos de nuestro país es erróneo, pero también donde los avances y logros no pertenezcan a un hombre.
Por eso es importante detener la distribución de esos libros. Mucho hemos perdido en los últimos años en materia de educación, tema que terminó de deteriorarse con la pandemia, como para que ahora por un capricho se quieran cambiar partes a antojo del partido que está en el poder.
Por fortuna ya existe un movimiento que recaba firmas con la petición de que la SEP transparente la elaboración de materiales que busca modificar, también se pide que mientras no se garantice un cambio bien planeado, los menores estudien con los libros anteriores.
POR KAREN QUIROGA ANGUIANO
Secretaria Nacional de Igualdad de Género del PRD
@KarenQuirogaAn
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