COLUMNA INVITADA

¡Ni que fuera para tanto!

Justo eso es lo que acaba de suceder en México, y me pongo a pensar que, de no ser por la alerta de otros países, los mexicanos, no sabríamos de dicho acontecimiento

OPINIÓN

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Sara Morgan / Columna Invitada / El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El día 12 de julio de 2023, Guillermo Tamburini, geógrafo que trabaja en España detectó de forma incidental, una gran mancha, por medio de un reconocimiento satelital; posteriormente se “descubrió” era crudo derramado, consecuencia del incendio en la plataforma petrolera, llamada Nohoch-A; que habría ocurrido días antes. La agencia espacial europea, también dio parte del siniestro. Aquel derrame, abarcaba aproximadamente 400 kilómetros cuadrados, sólo entonces, Pemex admitió la existencia de una fuga de hidrocarburos en el activo Ek Balam, pero manejó cifras mucho menores. Para que tengan perspectiva, el 24 de marzo de 1989, el “Exxon Valdez”, un petrolero bautizado en honor de la empresa estadounidense a la que pertenecía encalló en la bahía del Príncipe Guillermo, en Alaska, derramando 37.000 toneladas de crudo, según The International Tanker Owners Pollution Federation (ITOPF). Del enorme buque atascado en aguas del océano Pacífico brotó una espesa marea negra de 250 kilómetros cuadrados que se esparció sobre más de 2.000 kilómetros de costa, lo que lo convirtió en el mayor desastre ecológico de la historia de Estados Unidos. Si tomamos en cuenta lo que sucedió hace más de 30 años, con una tecnología infinitamente inferior a la que supone la actual, podríamos considerar que este desastre es mucho peor, pues este derrame, en el Golfo de México, abarca una superficie oceánica mayor; y aquí, un punto interesante, sólo cuando un investigador y agencia extranjera dieron parte de la magnitud del problema, fue que Pemex, emitió un comunicado, pero no para resarcir, ni aceptar su responsabilidad, sino para minimizar el riesgo, las consecuencias y la responsabilidad gubernamental y ambiental, frente a otros países. Este hecho me recuerda a lo sucedido en Chernóbil, cuando el gobierno de la Unión Soviética, intentó ocultar la enorme catástrofe mundial, que precisamente fue detectada por otro país. Ocurrió que en la planta nuclear de Forsmark en Suecia, aquella mañana del 28 de abril de 1986, se detonó la alarma de uno de los detectores de radiación cuando un empleado pasó por delante al volver de la sala de descanso. Inmediatamente, la planta recurrió a todos sus instrumentos de detección de una probable fuga radiactiva; no encontraron nada, por lo que preguntó a la URSS si algo había ocurrido, lo que negaron. Pero pocos días después, Reino Unido también detectó que algo estaba pasando. La presión europea fue tan grande que la URSS tuvo que explicar lo que en realidad había sucedido. "Tardaron semanas, meses e incluso años hasta que, gradualmente, fue emergiendo la verdad. En parte, eso fue porque capturaron a los corresponsales extranjeros que estaban radicados en Moscú y les impidieron dejar la ciudad y acercarse a la zona del accidente", afirmó, William Alfred Higinbotham, físico estadounidense que colaboró en la fabricación de la primera bomba atómica y fue uno de los grandes defensores de la no proliferación de la energía nuclear. Aun así, muchos de los habitantes de la zona aseguran que se enteraron de la gravedad de lo que estaba sucediendo a través de los medios de comunicación extranjeros. Justo eso es lo que acaba de suceder en México, y me pongo a pensar que, de no ser por la alerta de otros países, los mexicanos, no sabríamos de dicho acontecimiento. 

Durante los últimos 5 años el incremento de estos accidentes, dentro de empresas estatales como Pemex, CFE, el sistema de salud, se han elevado; y al parecer, tienen una relación directa con la degradación del presupuesto, que se requiere para el mantenimiento de industrias que son relevantes por cuestiones ambientales y de seguridad nacional. Té preguntarás; ¿cómo se conocen dichos datos? Pues para ello, se creó un organismo como el INAI, que surgió a principios de este siglo, en concordancia con otros países modernos que exigían a México, tener canales de claridad respecto de sus actividades gubernamentales, para tener confianza en múltiples asuntos, pues los datos de un gobierno son de interés nacional e internacional, como te puedes dar cuenta.

De lo que se aprecia en acontecimientos que hemos narrado; y de los que depende la presencia de la humanidad en este mundo, podemos afirmar que sólo en aquellos países donde coinciden sociedades responsables con gobiernos democráticos, la información, pese a lo abrumador de los accidentes o el costo político, fluye de manera constante, pues saben que es relevante, tal es el caso de Suecia o Inglaterra, en su actuación frente al desastre de Chernóbil, dado que en un primer momento pensaron en sus propias plantas nucleares; o lo que sucedió en Japón, que derivado del tsunami del 11 de marzo del 2011, informó a su población de forma inmediata, así como a medios internacionales, del desastre de su planta de Fukushima,  con lo cual se procedió de inmediato a evacuar a la población cercana y a evitar la pesca internacional cerca de sus costas. 

Muy distinto a países con carencia democrática cuya intención resulta dolosa al ocultar información sensible, que impide el conocimiento de datos gubernamentales a la población, y en especial a expertos que pudieran advertir sobre la gravedad de determinados asuntos públicos, que afectan a todos los habitantes de un país o quizá del mundo. 

Por cierto, existe una planta nuclear en Veracruz, 41 plataformas petroleras, y respecto al derrame de hidrocarburos, ahora no sabrás que harán para resarcir el daño ecológico en la zona, y puede que no te interese mucho, pero cuando a largo plazo, la contaminación en cualquiera de sus formas haya arruinado nuestra zona pesquera, nuestros destinos turísticos, la posibilidad de que tus hijos e hijas disfruten de la riqueza natural. Cuando no haya suficientes espacios para reclamar justicia, salud, educación de calidad, o el porvenir que quieres, sabrás que fuiste responsable por una apatía que como mexicanos nos debería mover, para exigir que ningún político arriesgue, no sólo el presente, sino el futuro de México.

Apoyar a una mujer admirable, como la Dra. Blanca Lilia Ibarra Cadena, la que, con valentía y persistencia, defiende una institución vital como el INAI, debiera ser nuestro mantra, porque como te platiqué, está sola defendiendo tu futuro, el mío y el de millones de personas de este país. 

¿Aún piensas? ¡Ni qué fuera para tanto!

POR SARA MORGAN
@MORGANSAREL

LABORAL

DIRECTORA DE EQUITY JOB LAB

PAL