El comercio y el cambio climático son dos caras de la misma moneda, así lo razona el Banco Mundial en la obra titulada “The Trade and Climate Change Nexus”. (Paul Brenton and Vicky Chemutai). De hecho, el comercio cada vez más se ve afectado por perturbaciones meteorológicas extremas, como tormentas, inundaciones y sequías, pero a menudo es fundamental para que las sociedades se recuperen rápidamente, donde los países de renta baja y media, como México, están en el centro del nexo entre el comercio y el cambio climático. (Ídem)
Entonces, el crecimiento impulsado por el comercio, es esencial para eliminar la pobreza extrema, pero desde una nueva perspectiva, la de un crecimiento bajo en carbono y resistente al clima, lo cual podría generar una reducción de la pobreza y unos resultados de desarrollo humano superiores al comercio habitual, venciendo al mito de que el comercio es malo para el medio ambiente, porque la realidad emergente indica, que si bien los flujos comerciales contribuyen a las emisiones de carbono, éstas también son parte fundamental de la solución al cambio climático por tres razones: (1) el comercio cambiará la producción a zonas con técnicas de producción más limpias; (2) el comercio fomentará la difusión de bienes y servicios medioambientales necesarios para la transición a una producción baja en carbono; y (3) el comercio suministra bienes y servicios críticos que son vitales en períodos de recuperación tras fenómenos meteorológicos extremos. (Ídem)
Ahora bien, el comercio se encuentra regulado por el derecho mercantil y a nivel internacional, la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (UNCITRAL) ha tomado un papel protagónico sobre el cambio climático y el derecho mercantil internacional, a fin de contribuir con los esfuerzos climáticos de la comunidad internacional, mediante la actualización de los instrumentos de derecho privado vigentes y la creación de nuevos mecanismos legales, como órgano subsidiario de la Asamblea General de Naciones Unidas, organizando recientemente un coloquio para conocer éstas caras de la misma moneda, a saber: la naturaleza jurídica y los derechos y obligaciones (tangibles e intangibles) de los bonos de carbono, la operación del mercado de carbono, las ópticas del derecho público (datos sobre el reporteo de emisiones, verificaciones por terceros y colocación) y las del derecho privado (compliance y aplicación), así como los laberintos de los arbitrajes de inversión climático, los contratos inteligentes y blockchain, basados en bonos de carbono asociados a bonos verdes, la Taxonomía Sostenible de la SHCP para movilizar recursos financieros a México, el transporte marítimo y la flexibilidad ambiental de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Contratos de Compraventa Internacional de Mercaderías.
Los Corredores Públicos como especialistas en derecho mercantil, son el engrane perfecto para el nuevo comercio sustentable.
POR MIGUEL ÁNGEL MARMOLEJO
COLABORADOR
PAL