Xóchitl Gálvez está entre el expresidente Vicente Fox y el presidente Andrés Manuel López Obrador. El primero la apoya, el segundo la descalifica.
En política, tu relevancia está en lo que representas y en tus aliados, pero más importante o igual de importante, son tus adversarios. Lo que no te destruye, te fortalece. Por la vía de los hechos y quizá de manera involuntaria, López Obrador es el principal promotor de Xóchitl Gálvez y Vicente Fox uno de sus principales lastres.
Peso muerto que tiene que cargar sobre sus hombros, o mejor dicho, llevar en “diablitos” en su bicicleta. Lo peor que le podría pasar a Gálvez es que López Obrador dejara de hablar de ella, porque aún no ha ganado nada. Es un globo que puede desinflarse en cualquier momento, o bien consolidarse como una alternativa opositora.
La senadora aún no reúne las 150 mil firmas que pidieron de “cover” para entrar en la contienda y no ha ganado las elecciones internas controladas por PAN, del PRI y del PRD. Sin los constantes ataques de López Obrador a Xóchitl, ella sería una aspirante más, buena aspirante, pero sólo eso.
Lo que daría Santiago Creel o Enrique De la Madrid o Beatriz Paredes o Silvano Aureoles, para ser el objeto de las críticas directas y recurrentes del presidente. Recuérdese, la atención mediática que tuvo Creel cuando López Obrador polemizó con él. Xóchilt Gálvez podría cubrirse de teflón para que las críticas de AMLO se le resbalen e incluso, que la fortalezcan. Su problema es quienes la apoyan y aparecen a su lado: la vieja clase política priísta, panista y perredista.
Circunstancia que AMLO identificó y machacará constantemente. Personajes conocidos y, digo, rechazados por la sociedad. Sectores importantes de los votantes los detesta. Saben que Vicente Fox, Diego Fernández de Cevallos, Felipe Calderón, Carlos Salinas de Gortari, el terrible Alito, Los Chuchos y otros más, serían los beneficiarios del crecimiento electoral de Xóchil y de su eventual triunfo.
El talón de Aquiles de Gálvez son las malas compañías. ¡No me ayudes compadre! Algunos de estos personajes son discretos y permanecen callados. Pero otros, como Vicente Fox, se van de la boca.
El discurso que Xóchitl Gálvez construyó, afirmando que ella apoyaba los programas sociales de López Obrador, se derrumbó cuando Fox declaró que ojalá Xóchitl regresara las pensiones a los expresidentes y dejara de dar subsidios. “A trabajar huevones”, remató. Con esos aliados, para que quieres adversarios.
Pronto sabremos si Xóchilt Gálvez es una candidata opositora de verdad o una burbuja de jabón y de inteligencia artificial. Eso pienso yo, ¿usted qué opina?
La política es de bronce.
POR ONEL ORTIZ FRAGOSO
ANALISTA POLÍTICO
@ONELORTIZ
MAAZ