PORTAZO

Villa canonizado y los Amlovers

El presidente Andrés Manuel López Obrador sigue los pasos de don Gustavo y don Luis, al menos en esa exaltación del Bandolero divino, cuya presencia en los fecundos campos de la leyenda es superior a su aportación a la historia rigurosa

OPINIÓN

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Rafael Cardona / Portazo / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Nadie sabe a ciencia cierta por qué este gobierno ha proseguido con la canonización de Pancho Villa en un largo proceso, cuyo principio se le debe a Gustavo Díaz Ordaz (1967), continúa con Luis Echeverría (1976) y se abre como una flor del desierto con los afanes hagiográficos (y ociosidad intelectual) del inútil Año de Francisco Villa, con el Centauro del Norte en la papelería oficial.

Pero así haya sido para darle gusto al ideólogo Paco Ignacio Taibo II, cuya veneración villista es evidente, el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue los pasos de don Gustavo y don Luis, al menos en esa exaltación del Bandolero divino (así le llamaba José Santos Chocano), cuya presencia en los fecundos campos de la leyenda es superior a su aportación a la historia rigurosa.

Villa ha sido, en la imaginación, superior a su realidad histórica.

Analfabeto violento, cumbre del machismo nacional, símbolo de toda conducta atrabiliaria, misógino de cerril serrallo y, por encima de todo, asesino de plena sevicia, el general (por su dicho) ha visto su figura exaltada por grandes escritores (Martín Luis Guzmán, Nelly Campobello, Rafael F. Muñoz, entre otros muchos) y por su presencia cinematográfica.

La referencia al inicio de su idolatría oficial por los presidentes priistas ya mencionados (Muro de Honor en Donceles; inhumación en el Monumento a la Revolución), fue hecha hace un par de días en la presentación del libro Pancho Villa en el cine, de Eduardo de la Vega Alfaro y Hugo Lara, en la Cineteca Nacional, por el periodista Carlos Díaz Barriga, quien reflexionó sobre estas coincidencias entre los Revolucionarios Institucionales y el lopezobradorismo tetramorfósico, lo cual motivó la ira del señor Daniel Librado Luna Cárdenas, quien antes de salir mal librado, se levantó de la mesa con severo mohín ante la herejía comparativa.

Su ausencia, como su presencia, no tuvo importancia.

Y si usted no sabe de este historiador, le comparto algunos datos: “(Filah). -Sus líneas de investigación se enfocan en la historia de la izquierda mexicana, sus vínculos con la Unión Soviética y con la izquierda latinoamericana.

“También es investigador en el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, en donde ha publicado los libros digitales de divulgación histórica: La caravana minera de 1951 y A 70 años del halconazo. Y, obviamente, es el “villólogo” del momento.

Lo notable no fue su desplante, sino la evidencia dejada al paso: la intolerancia.

La izquierda llegó al poder a través de llanto y queja. Hoy se han vuelto tan delicados como para no soportar nada, y lo peor, para no discutir algo.

POR RAFAEL CARDONA

COLABORADOR

@CARDONARAFAEL

MAAZ