TRES EN RAYA

Pemex, Romero y sus 365 barrilitos…

La otrora gran empresa de México, la que lograría que administráramos la riqueza (López Portillo dixit), hoy representa una sangría de cientos de millones de dólares

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

365 toneladas de descaro y otro tanto de mentiras para primero ocultar y luego minimizar el derrame de petróleo de Pemex en la sonda de Campeche. Octavio Romero, director de Petróleos Mexicanos, dijo que solo fueron 365 barriles los que se habían derramado...

Pero no aclaró el tamaño de cada “barrilito” para que la mancha de crudo pudiera verse desde el espacio. Para que se den una idea: se podía apreciar una mancha de 400 km2, superficie mayor al tamaño de muchas ciudades del país (Monterrey 385 km2, Guadalajara 151 km2, Villahermosa 61 km2, Querétaro 363 km2), la cual tardó varios días en disminuir, indicio de que la fuga continuó por bastante tiempo. ¿El impacto en términos ecológicos y económicos? Aún no se conoce.

Pero eso no quitó que, en lugar de que la autoridad realizara alguna acción adicional e inmediata para resarcir el desastre o solicitara ayuda internacional, se limitó a emitir un comunicado minimizando el hecho. La otrora gran empresa de México, la que lograría que administráramos la riqueza (López Portillo dixit), hoy representa una sangría de cientos de millones de dólares.

Los errores, descalabros y malos manejos se acumulan. Aquí algunos de los “barrilitos” que hunden a Pemex, y al país junto con este:

• Es la petrolera más endeudada del mundo. Debe a sus contratistas casi 15 mil millones de dólares. Cantidad que se ha cuadriplicado en este sexenio.

• Se tarda hasta seis meses en pagar a los proveedores. No solo eso, el mismo Octavio Romero aceptó en un discurso (2021) que existen “coyotes” dentro de Pemex. Esto es, personas que se dedican a cobrarle a Pemex para pagarle a los proveedores mediando la asignación de un porcentaje de las ganancias. En pocas palabras una corruptela para poder cobrar por el trabajo realizado.

• Los bonos de Pemex fueron degradados a la categoría de “basura” al pasar de BB- a solo B+. Dada la relación de Pemex con el gobierno federal, existe un riesgo real para que los bonos impacten negativamente en la deuda soberana de México. Esto significa que todos pagaremos por los malos manejos de unos cuantos.

• Existe un aumento en la deuda de la empresa, pero esta no se traduce en mayores inversiones en tareas de mantenimiento y prevención; tampoco en la compra de mejor equipo, contratación de personal (en este sexenio la planta laboral disminuyó en 8 mil plazas) o mejora en la capacitación.

La situación de los hidrocarburos era mala al inicio del régimen actual; voces expertas explicaron a las autoridades la necesidad de invertir en energías limpias, pero estas prefirieron apostar por un barril sin fondo y contaminante.

Mientras el resto del mundo busca invertir en energías limpias (donde México tiene una ventaja sin parangón), en nuestro país se privilegia estratégica y presupuestalmente a los combustibles fósiles y contaminantes.

Ahora, además de una administración deficiente, hay derrames de la magnitud señalada. Los “365 barrilitos” de Octavio Romero se parecen a los 315 días que faltan para las elecciones del 2 de junio de 2024. Así de rápido pasan los días, lástima que el daño causado no pase tan rápido.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN

COLABORADORA

VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM

@MALOGUZMANVERO

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