Los gobiernos de América Latina y el Caribe actúan casi siempre bajo un patrón de grilla sin fondo en las reuniones con los países llamados del primer mundo. La cumbre de la Celac y la Unión Europea (UE) no fue la excepción. Y varios mandatarios, no todos, volvieron a plantear pretextos históricos para frenar acuerdos y alianzas.
En el primer día de la reunión entre América Latina y Europa, después de ocho años, Rusia decidió cancelar el acuerdo de exportación de granos ucranianos a África, Medio Oriente y Asia, lo que impactará al mundo con nuevos encarecimientos y escasez de alimentos.
El régimen de Nicaragua hizo oídos sordos y decidió que no firmaría una condena en contra de la invasión de Rusia a Ucrania. Claro, esa postura distrajo a la mayoría de las propuestas económicas entre ambos bloques, al margen quedó el anuncio de la UE de una inversión de 45 mil millones de euros para Latinoamérica.
La propuesta de condena salió del bloque europeo, que apoya a Ucrania con armas y dinero en su lucha contra la incursión militar rusa y apuesta a crear un frente común que deje sin opciones a Moscú, que por su parte, busca aliados hasta por debajo de las piedras. Nicaragua es uno de ellos.
El pasado 1 de julio, el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, hizo oficial la entrada a su territorio de tropas, naves y aviones rusos, en el marco de la alianza con su homólogo Vladimir Putin.
Lo cierto es que, mientras la UE se enfoca en nuevas iniciativas económicas y mayor cooperación, para que China no le coma el mandado, varios líderes de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe) se dedicaron a reiterar recriminaciones por el colonialismo y la esclavitud.
No es es que no sean válidos esos reclamos, pero valdría la pena darle vuelta a la página y promover nuevos acuerdos que pongan a las sociedades latinoamericanas en igualdad de condiciones con los inversionistas europeos.
Pero siempre es un buen pretexto para algunos gobiernos, que no quieren que las cosas cambien, porque mantienen a sus sociedades sometidas al yugo de sus dictaduras, es el caso de Nicaragua, Venezuela y Cuba.
De hecho, unos días antes de que arrancará la cumbre el régimen cubano denunció que la "falta de transparencia" y la "conducta manipuladora" del bloque europeo podrían arruinar el éxito de la reunión. Esa postura puso en un segundo plano la represión por las marchas del 11 de julio de 2021, que mantiene a 680 opositores presos.
Hace dos años, miles de cubanos salieron a las calles de la isla caribeña para protestar contra el gobierno de Miguel Díaz-Canel, denunciar su pobreza extrema y reclamar libertad para el pueblo cubano.
En la declaración final de la cumbre, los dirigentes expresaron su apoyo a "un diálogo constructivo entre las partes de las negociaciones conducidas por venezolanos en Ciudad de México", de cara a las presidenciales de 2024.
Aunque, el régimen de Nicolás Maduro ya comenzó a abrirse paso para ganar una nueva reelección con la inhabilitación de la opositora María Corina Machado.
¡La grilla se salió con la suya, el avance tendrá que esperar!
POR ISRAEL LÓPEZ
COLABORADOR
ISRAEL.LOPEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
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