LA NUEVA ANORMALIDAD

Wham! y el patriarcado

El documental sobre el grupo británico evidencia cómo el pop ha sido infravalorado y ha sido considerado como un género para mujeres y adolescentes

OPINIÓN

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Nicolás Alvarado / La Nueva Anormalidad / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Mis ojos no daban crédito al leer que Netflix estrenaría un documental sobre Wham! La cultura me había condicionado a concebir mi gusto por ese dúo pop británico de los 80 placer no sólo culpable sino inconfesable.

Mucho hubo de contribuir a esa narrativa su vocalista George Michael, quien rara vez vacilara en manifestar desprecio por el proyecto. A decir suyo, Wham! “no era una entidad musical: era una entidad de imagen. Era un grupo construido alrededor de una imagen”. (Esto en voz del hombre cuyo video musical más famoso incluye no uno sino tres close-ups de sus nalgas danzarinas.) Como si algún músico popular –de Madonna a Bruce Springsteen, de Bing Crosby a The Weeknd– pudiera existir al margen de una cuidada construcción de imagen.

Estructurado a partir de un puñado de entrevistas de archivo con Michael y una contemporánea con su ex socio Andrew Ridgeley, el documental es convencional en su narrativa y su discurso visual. Su gran mérito, pues, será existir: reconocer a Wham! la relevancia musical y cultural hasta ahora escatimada.

De entrada, pone en valor un legado musical que arrojó canciones pop de amor y sexo que compiten con lo mejor del repertorio del George Michael solista (“Careless Whisper”, “Last Christmas”. “The Edge of Heaven”) y otras que resultan fascinantes viñetas sociológicas del thatcherismo (“Wham Rap!”, “Young Guns”, “Everything She Wants”). El primer costo político que habría de pagar Wham! resultaría de su abandono de esa temática social en favor de un imaginario romántico, lo que Michael y Ridgeley explican con lógica impecable en el documental: muy pronto no fueron ya jóvenes de clase media baja sin perspectivas laborales; seguir escribiendo sobre ello habría constituido hipocresía.

El otro factor de desprestigio sería el papel de un Ridgeley que no cantaba y cuyas aportaciones como compositor irían disminuyendo por resultar menos comerciales. El documental recuerda, sin embargo, que el concepto de la banda, su narrativa, su discurso, su imagen, su estrategia fueron obra suya.

La importancia de pensar hoy Wham! trasciende la reivindicación de una banda teen de hace 40 años: al evidenciar la infravaloración cultural de que son objeto el pop posicionado para mujeres y adolescentes respecto al rock de target masculino, el discurso amoroso respecto al discurso social en las letras, la modesta película de 92 minutos dirigida por Chris Smith hace un cuestionamiento al patriarcado tristemente ausente del discurso del feminismo contemporáneo: tanta falta hace reivindicar lo femenino anatómico como aquello que se coloca culturalmente en sus coordenadas.

Y, sí, esos valores pueden tener un embajador –y aun una víctima– en un hombre heterosexual hoy viejo. Se nos hacía tarde para reconocer a Andrew Ridgeley.

POR NICOLÁS ALVARADO

COLABORADOR

IG: @nicolasalvaradolector

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