OTROS ÁNGULOS

Pemex, un gran fardo para el país

Detengámonos en lo que concierne a la empresa número uno del país en manos gubernamentales: Pemex. ¿Sabemos exactamente a cuánto asciende la operación diaria, trimestral, anual?

OPINIÓN

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Raúl Cremoux / Otros Ángulos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En estos días, la necesidad de transparencia se ha convertido en una gran reivindicación de una sociedad acostumbrada al ocultamiento sistemático de todas las turbiedades. 

Seguimos sin poder obtener los datos claves de nuestra existencia colectiva sin que tengamos la respuesta que merecemos debido a nuestro gigantesco conformismo social.

A ciencia cierta, no sabemos cuánto costó la irracional compra de una vieja, obsoleta refinería en Texas;  qué ocurrió con la rifa del avión presidencial; por qué los contratos con diversas empresas en la construcción del Tren Maya son considerados como asuntos inconfesables “de interés nacional” y cuáles son los ingresos reales de la Secretaría de la Defensa Nacional  en los más de 40 negocios que maneja fuera de su presupuesto original.

Detengámonos en lo que concierne a la empresa número uno del país en manos gubernamentales: Pemex. ¿Sabemos exactamente a cuánto asciende la operación diaria, trimestral, anual? ¿Y la magnitud de la subvención que apenas permite que la prometida cifra de 10 pesos por litro esté a más del doble?

Lo que sí sabemos, gracias a fuentes internacionales, es que en Hispanoamérica Pemex es superada en todos sus múltiples renglones por Petrobras de Brasil y Ecopetrol de Colombia. No mencionemos a las grandes firmas como Saudí Aramco de Arabia Saudita, donde la gasolina es gratis para la población o Shell del Reino Unido, Texaco de los Estados Unidos, Sinopec y Petrochina de ese país. Todas superando entre el 39 al 93 por ciento a Pemex.

Veamos al menos lo que ha pasado con eso llamado política de austeridad en la gran empresa petrolera mexicana, solo del fondo de prevención para revertir daños y prevenir accidentes, se rebajó 48.3 por ciento. Y lógicamente esto ha tenido que ver con el número tal alto de percances en sus instalaciones, en abril de 2021 en la refinería de Minatitlán, Veracruz. Tres meses después en julio, el gasoducto de la plataforma KU-C en la Sonda de Campeche; en este año, durante febrero, la explosión en la Central de Almacenamiento en Ixhuatlán, Veracruz; en julio, la plataforma  Nohoch -A en Cantarell, Campeche cuya mancha no ha sido reportada por la empresa pero a pesar de que sigue creciendo, se dice nada.

Los cálculos más conservadores hablan de un derrame tan grande como toda él área de Guadalajara con sus cuatro municipios. Hay una total opacidad que preocupa a diversos organismos internacionales que ya de suyo consideran a Pemex como un retroceso en la lucha contra el cambio climático.

Por si esto fuera poco, hay que ver cuánto eso perjudica a la gigantesca deuda de Pemex que en varias ocasiones ha sido considerada como bonos basura y esos mismos bonos acaban de bajar aún más en las calificaciones de Fitch, la empresa calificadora debido a los accidentes y al peso de la deuda cercana a más de un billón de dólares (un millón de millones) a pesar del dineral invertido tratando de rescatar a esa empresa icónica que hoy es un fardo en los hombros del país.

 

POR RAÚL CREMOUX 

ESCRITOR Y PERIODISTA

@RAULCREMOUX

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