CIUDADES SUSTENTABLES

Un peso para el Metro

Una alternativa es incrementar en un peso el precio del boleto, lo que implicaría una recaudación de alrededor de mil millones de pesos

OPINIÓN

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Vidal Llerenas / Ciudades Sustentables / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

El Metro de la Ciudad de México se ha convertido en uno de los asuntos más polémicos de la ciudad en los últimos años. Este servicio ha sido, por mucho tiempo, una de las grandes ventajas comparativas de la capital, ya que permite conectar precisamente los puntos de mayor flujo de movimiento de las personas durante el día. El problema es que ahora la mayor parte del servicio se limita a lo que actualmente son las zonas centrales, y a que con los años los problemas de mantenimiento se acumulan por el natural deterioro. La verdad es que la ciudad, desde hace tiempo, destina importantes y crecientes flujos de recursos para reparar y mantener el sistema, con el enorme reto añadido que representa una baja tarifa y el hecho de que ciertos grupos de la población cuenten con acceso gratuito al mismo. En 2022, los ingresos del Metro fueron apenas superiores a los 7 mil millones de pesos, cuando el presupuesto de operación ronda los 20 mil millones de pesos, el cual además no siempre incluye todo el presupuesto de inversión, que en ocasiones especiales lo realizan agencias de gobierno distintas al Metro. Esto es, los ingresos sirven para cubrir, en el mejor de los casos, alrededor del 20% de todo el gasto. Si queremos que el Metro funcione mejor y que se amplíe, es importante encontrar más recursos para inversión, así como otras formas de transporte masivo que lo complementen.

Una alternativa es incrementar en un peso el precio del boleto, lo que implicaría una recaudación de alrededor de mil millones de pesos adicionales. Esto sería de gran ayuda, pero, para que se tuviera un impacto en el corto plazo, sería posible utilizar el monto acumulado de ese peso en el tiempo, para tomar financiamiento y pagar por un programa ambicioso de mantenimiento y compra de trenes en el corto plazo. La operación financiera tendría sentido por sus efectos positivos en el corto plazo, en mejora en tiempos de traslado y frecuencia de servicio para los usuarios, por ejemplo, pero también porque los costos anuales de mantenimiento serian menores si se realizan ya inversiones estructurales y se operan trenes nuevos. Esto es, una operación así tendría un beneficio social y económico muy positivo, por lo que se debe de considerar en un nuevo gobierno.

Otra opción es ligar medidas para incrementar la recaudación de cierto impuesto a la inversión en el Metro. Por ejemplo, la tenencia es un impuesto que tiene una caída en términos reales en su recaudación en la ciudad. Eso tiene una explicación, es muy difícil recaudar ese tipo de impuesto cuando los estados vecinos pueden cobrarlo a tasas menores o cuando simplemente pueden renunciar al cobro del mismo. En realidad, lo eficiente sería volver al esquema anterior, cuando el impuesto era igual en todo el país y lo administraban las entidades. Lo que se puede hacer ahora es tomar medidas más estrictas en contra de los autos que no tributan tenencia en la ciudad, lo cual podría ser impopular, pero que podría tener viabilidad política si los recursos adicionales se destinan al metro. 

En relación con 2018, la ciudad deja de recaudar de tenencia vehicular alrededor de 1,500 millones de pesos menos, en términos reales, cada año. Gravar los autos es importante para que la sociedad pueda compensar o internalizar los costos, ambientales y a la infraestructura, que generamos quienes utilizamos vehículos. Las excepciones o facilidades deberían limitarse a los vehículos eléctricos o a los híbridos, hasta que se alcancen las primeras metas en la transición en electromovilidad, y después volverlos a gravar. En el caso de la Ciudad de México, los autos que no tributen tenencia en las entidades deberían de ser objeto de restricciones de circulación más severas e incluso objeto de cobros adicionales, en parquímetros, multas o estacionamientos, por ejemplo, para desincentivar esa práctica. Sería importante homologar la tenencia a las tasas que obra la capital, al menos, con el Estado de México, con el que compartíamos la zona conurbada. 

Si el compromiso es destinar los recursos adicionales al Metro, para inversión, medidas como estas podrían tener una base de apoyo considerable, promoviendo un mejor sistema de transporte para la ciudad pero, también, conciliando la viabilidad financiera, en el largo y corto plazo, de nuestras finanzas.

POR VIDAL LLERENAS
LLERENASVIDAL@HOTMAIL.COM
@VIDALLERENAS

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