MALOS MODOS

La no autobiografía de Almodóvar

Es, sí, un libro en el que se asoman muchos de los temas, de los autores, de los personajes y amistades que han marcado su carrera

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Va el aviso para arrancar: El último sueño, recién sacado del horno, no es un libro autobiográfico de Pedro Almodóvar. Es, sí, un libro en el que, aquí y allá, se asoman, francamente con brillantez, muchos de los temas, de los autores, de los personajes, incluso de las amistades que han marcado su carrera, ese cine que probablemente tampoco es autobiográfico, pero que, quizá sobre todo en su última etapa, suele estar lleno de momentos autobiográficos.

Ahí están su madre y el pueblo con piso de tierra de la infancia que presumiblemente vimos en alguna película; Chavela Vargas; la estrella de fotonovelas porno Patty Diphusa, protagonista de algún otro libro; el Hollywood clásico, del que tanto sabe el autor; alguna cosita del cine italiano, con Ana Magnani a la cabeza, o los abusos sexuales en la Iglesia, tema, claro, de otra de sus obras.

También, hay que subrayarlo, están sus ideas sobre cómo se escribe un guion y cómo se escribe una novela, un texto que, en su compacta lucidez, haría bien en leer cualquier alumno de cine. Pero no, no es un libro autobiográfico, según dice en la introducción el propio Almodóvar y contra lo que se ha leído en alguna nota de prensa.

La aclaración es pertinente porque, después de dos Oscars, quién sabe cuántos goyas y doctorados honoris causa, y sobre todo después de, por mencionar solo unas pocas de sus películas, Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, Mujeres al borde de un ataque de nervios, Átame, Tacones lejanos, Todo sobre mi madre o Volver, pues sí, dan ganas de que don Pedro escriba un libro de memorias o cosa parecida, y nos deje ver con detalle el modo en que se creó un mundo cinematográfico realmente único, ese que va del humor delirante y el espíritu gamberro de sus primeras películas, en la muy libertaria y muy creativa España post franquista, a la estilización posterior de lo kinky, a la melancolía realista de los últimos tiempos. Nos quedaremos, pues, con el antojo.

A cambio, escribió un muy buen libro de relatos breves, un género, queda comprobado aquí, muy manga ancha, muy flexible, en el que caben lo mismo la crónica en primera persona como la que le dedica a la Chavela ya vieja, la de la voz desgarrada, la más busera, certera y entrañable; que un cuento de vampiros con mucha truculencia católica; que una pieza de veras graciosa, con ese humor negro y absurdo, como la que protagoniza la referida Patty Diphusa, que una historia de amores y teatro, específicamente del teatro de Tennesse Williams.

Vaya, que Almodóvar, el mismo que nos recuerda lo diferentes, lo distantes que son los escritos para cine y los escritos literarios-literarios, Almodóvar, ese hombre tan de cine, maneja el género cuentístico: la literatura, pues, con una envidiable solvencia y con algo más: con talento. Lean El último sueño.

POR JULIO PATÁN

COLABORADOR

@JULIOPATAN09

MAAZ