Esta semana se ha llevado a cabo la Cumbre de Alto Nivel de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), donde los líderes de 31 naciones se reunieron en Vilnius, Lituania, en un encuentro de dos días, durante los cuales se han abordado los temas sobre el incremento en la ayuda a Ucrania en su conflicto con Rusia, la posible adhesión de Suecia y la fallida insurrección en Rusia. Lo que nos lleva a considerar que esta cumbre ha sido una de las más trascendentales para los aliados de la organización en los últimos tiempos.
Sabemos que, desde su creación, la OTAN ha promovido la idea de que un ataque contra uno o más de sus miembros representa un ataque contra todos, por lo que, en consecuencia, los miembros podrán adoptar medidas en conjunto para restablecer la seguridad. A raíz de esta ideología, ha tomado fuerza el concepto de Defensa Colectiva, el cual es oportuno rescatar y llevarlo a otros planos de interés común.
Por ejemplo, un caso exitoso de Defensa Colectiva, con el que todos nos podemos identificar, fue la respuesta global frente a la pandemia provocada por el COVID-19. Ante el brote del virus, gobiernos, organizaciones internacionales, científicos, el sector privado y la sociedad civil se unieron en una colaboración sin precedentes para contener la propagación del virus, desarrollar vacunas, compartir conocimientos, recursos y brindar apoyo a los afectados.
En el entorno digital, la relación entre la Defensa Colectiva y la ciberseguridad se basa en la idea de que la seguridad en el ciberespacio requiere de una cooperación y acción conjunta de múltiples actores, como gobiernos, organizaciones internacionales, sector privado, academia y sociedad civil. La Defensa Colectiva implica la colaboración y el intercambio de información, recursos y capacidades, no solo para protegerse contra amenazas y ciberataques, sino para prevenirlos y mitigarlos.
La cooperación internacional desempeña un papel fundamental, debido a la naturaleza transfronteriza de las amenazas cibernéticas. En un entorno digital interconectado, los ciberataques no conocen límites geográficos y pueden afectar a múltiples países de manera simultánea. La cooperación internacional permite compartir información sobre las últimas tendencias y tácticas utilizadas por los ciberdelincuentes, lo que facilita la detección temprana y la respuesta efectiva a los ciberataques.
Asimismo, la colaboración entre países promueve el intercambio de mejores prácticas, el desarrollo de normas y estándares comunes, y la coordinación en la lucha contra el cibercrimen. Al unir esfuerzos, los países pueden fortalecer sus capacidades de ciberseguridad, proteger infraestructuras críticas y salvaguardar la privacidad y los datos de los ciudadanos. Todo esto resulta esencial para enfrentar los desafíos cibernéticos actuales de manera más eficiente y garantizar un entorno digital seguro y confiable para todas y todos.
El sector privado también desempeña un papel crucial en la Defensa Colectiva digital debido a su experiencia, recursos y conocimientos especializados. Las empresas privadas son corresponsables de la implementación y gestión de sistemas y redes digitales que son objetivos frecuentes de ciberataques. Al colaborar con los gobiernos y otros actores, el sector privado puede compartir información valiosa sobre amenazas y vulnerabilidades, así como contribuir con su experiencia en el desarrollo de soluciones y mejores prácticas de ciberseguridad.
Tampoco podemos olvidar a la academia, con su naturaleza en el desarrollo de conocimientos y la innovación en el ámbito tecnológico, que puede desempeñar un papel activo en la investigación y desarrollo de nuevas herramientas y tecnologías para fortalecer la seguridad digital. De igual manera, las organizaciones de la sociedad civil juegan un papel fundamental en la defensa de los derechos de todos los usuarios.
En virtud de lo anterior, entender la ciberseguridad como una responsabilidad compartida, y atenderla desde un enfoque de Defensa Colectiva, es prioritario para nosotros. Metabase Q, empresa líder en ciberseguridad en América Latina, a través de proyectos que buscan fomentar una región más segura por medio de la consolidación de una comunidad consciente, con organizaciones comprometidas e innovadoras, proporcionando análisis, inteligencia y prácticas eficaces.
POR DIEGO RODRÍGUEZ HENRY
@METABASEQ
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