COLUMNA INVITADA

The Song of Names: una melodía visual de duelo

El duelo es un proceso único para cada persona y puede manifestarse de diferentes maneras. Algunas personas pueden experimentar tristeza intensa, ira, confusión, negación o incluso sentirse abrumadas por la pérdida

OPINIÓN

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Mónica Salmón / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En estos días de silencio, pausa y recuperación por la cirugía, tuve la fortuna de ver una película que me tomó del corazón. Me recomendaron ver en Netflix The Song of Names, adaptada por Jeffry Caine. Me atrevo a afirmar que es una historia profunda, conmovedora y contada desde la empatía con el dolor.

La trama aborda nuestras pasiones: el miedo, el perdón, el amor, la aceptación y la redención. La historia trata de un padre que a finales de los años treinta, poco antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, quiere mantener a salvo de la invasión nazi de Polonia a su hijo de nueve años, que toca el violín de una manera prodigiosa. Lo deja en Londres en casa del compositor de música más conocido de la época. El padre regresa a casa para proteger a su esposa e hijas. El niño no volvió a ver a su familia, pero siempre mantuvo la esperanza de reunirse de nuevo con ellos y verlos de nuevo. Creció en Londres atento a las noticias y en sus rezos siempre pedía que su familia estuviera a salvo. A los 21 años desaparece misteriosamente la noche antes de su gran debut en un importante concierto.

Mediante saltos en el tiempo, la película nos muestra con maestría la necesidad humana de enfrentar bien los duelos. Nuestros dolores nos acompañan y no hay nada más importante que hacer caso a esa voz que nos quema por dentro. La música de la canción perdida es el móvil interno, el rendir homenaje a aquellos que amamos. A medida que la trama se desenvuelve, se exploran temas tan profundos como la culpa, el arrepentimiento y la redención. Una disculpa, pero siempre mi parte psicológica se apodera del teclado y termina por expresarse. No puedo evitarlo. La película muestra cómo el pasado puede perseguirnos y cómo enfrentar nuestros errores y traumas puede llevarnos a la paz interior y curar esas heridas del alma. Hay una escena que simboliza la conexión profunda que David tiene con su pasado y con las víctimas del Holocausto. A través de su música, él honra a aquellos que murieron y encuentra una forma de expresar su dolor y su deseo de justicia. Les rinde homenaje desde ese tiempo perdido, desde ese dolor tan desgarrador, les entrega su talento, su culpa por ser el único de la familia que sigue con vida. Es la música la que lo salva de morir y de su sufrimiento. Como psicóloga, puedo decirles que el duelo es un proceso emocional y psicológico que experimentamos cuando perdemos a alguien o algo significativo en nuestras vidas. Es una respuesta natural y necesaria para poder adaptarnos a la pérdida y sanar emocionalmente.

El duelo es un proceso único para cada persona y puede manifestarse de diferentes maneras. Algunas personas pueden experimentar tristeza intensa, ira, confusión, negación o incluso sentirse abrumadas por la pérdida. Es importante reconocer y permitirnos sentir estas emociones, ya que negarlas o reprimirlas puede prolongar el proceso de duelo.

David, por muchos años negó el duelo. Este puede tener efectos físicos, como dificultad para dormir, falta de apetito o problemas de concentración. Tener reacciones inapropiadas en nuestras acciones. Es fundamental permitirnos atravesar el duelo y darle el tiempo y espacio necesario para sanar. No hay una línea de tiempo establecida para el proceso de duelo, ya que cada persona tiene su propio ritmo. Es importante buscar apoyo psicológico durante este proceso. El apoyo emocional puede ayudarnos a navegar por el duelo y encontrar formas saludables de recordar y honrar a nuestros seres queridos.

En resumen, el duelo es un proceso natural y necesario para adaptarnos a la pérdida. Reconocer y permitirnos sentir nuestras emociones nos liberan.

The Song of Names es una película que me atrapó desde el principio y me mantuvo en suspiros y lágrimas hasta el final. La música que David toca en el duelo es una mezcla de tristeza, desesperación y esperanza. Se puede sentir la intensidad de sus emociones a través de cada nota que sale de su violín. Todos vamos por la vida tratando de encontrar formas de sanar, de sacar nuestros temores y dolores del pasado en fugas y por grietas. Ver esta película puede ser un momento de catarsis para dejar salir todo aquello que se debe dejar ir con amor. Aquí podemos observar cómo la realidad de la tragedia siempre encuentra una forma de sanar y seguir adelante.

Ahí me cuentan si lloraron tanto como yo.

 

POR MÓNICA SALMÓN

@MONICASALMON_ 


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