SALTO CUÁNTICO

Los perros y el ‘síndrome del corazón roto’

El maltrato animal no sólo refleja falta de empatía hacia la víctima, sino que es un problema generacional de educación familiar

OPINIÓN

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Karina Álvarez / Salto Cuántico / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En las últimas semanas hemos visto circular en redes sociales videos estremecedores de maltrato animal; escenas despiadadas de adultos matando perros a sangre fría, sin importar quien sea el espectador.

Lo último que se dio a conocer fue al excandidato por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Juan Zárate Páez disparando a un canino en Tlaxcala, video que su propio hermano grabó y que el “político” publicó en sus redes, como si fuera un triunfo.

Me detendré un momento en este caso, Juan y Joel Zárate Páez, hermanos que circulaban en una camioneta en Tlaxcala y que de pronto, así sin más, decidieron bajar del auto para dispararle a quemarropa a un perro de color blanco que estaba en un camino de terracería. ¿Comprendemos el hecho?, son hermanos, misma educación, misma idiosincrasia, misma crueldad, misma familia.

Vivian Hall Vigorito, psicóloga y zooterapeuta, considera que el maltrato animal sigue siendo el mismo de antes, sólo que ahora las redes sociales le dan mayor difusión. Y sí, es una cuestión de educación familiar, qué le decimos a nuestros hijos sobre el resto de los seres vivos, porque esto no sólo se limita a los perros, hablemos de plantas, ríos, y todo tipo de animales que son destruidos por nuestras propias manos.

El crecimiento de la mancha urbana, la pobreza y la falta de educación familiar han provocado que sigan existiendo miles de perros en las calles, enfermos y sin esterilizar, en condiciones deplorables.

La crueldad animal es difícil de detectar, pero aún más difícil de ver es el maltrato psicológico que se provoca específicamente a los caninos, y muchas veces es la misma familia quien promueve dicho maltrato.

Debemos comprender que los perros también se deprimen, tienen amígdala, por lo tanto, tienen emociones. Todos los mamíferos tienen amígdala y tienen mociones, cuando un perro se deprime deja de jugar, deja de comer, o come mucho, se arranca el pelo, se autolesiona.

Hall Vigotiro me explicaba que todo lo que pasa en una familia el perro lo siente igual, detecta el lenguaje corporal y nuestras hormonas, los cambios de casa les afectan, entre muchas otras situaciones.

De hecho, se ha comprobado que les da el síndrome del corazón roto, donde el corazón comienza a autodestruirse por el dolor que sienten. Medicamente se considera que el síndrome del corazón roto es una afección cardíaca que a menudo se debe a situaciones estresantes y emociones extremas, de no tratarse a tiempo puede llevar al infarto.

A mayor población, mayor necesidad laboral y, por lo tanto, mayor pobreza, Vivian Hall decía que estos factores también propician el maltrato animal, está comprobado que en las zonas donde hay más carencia los animales de compañía son simples animales que deben ser golpeados de forma natural si no hicieron su trabajo correctamente, en este caso también se habla de los caballos, que en muchos lugares son explotados y lastimados.

Una de las soluciones que se pueden tener ante estas acciones tiene que ver con la educación financiera y la educación emocional, las cuales deberían impartirse desde la escuela.

Si se enseñara estos tipos de educación en las aulas, aunque parece poco importante, ayudaría aumentar la autoestima de los alumnos, les generaría mayor empatía y les ayudaría a convivir mejor con sus emociones.

En la actualidad no existen datos acerca de maltrato animal en México, pero lo hemos visto a diario y lo seguimos viviendo, las leyes en este sentido siguen estando limitadas y el castigo es mínimo. Sin embargo, los animales son necesarios, tan sólo las abejas, si se acaban las flores, en 5 años nos quedamos sin planeta, el ser humano desaparecería por completo. Aprendamos a vivir ya con nuestros compañeros animales.

POR KARINA ÁLVAREZ
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